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La Armónica de Fibonacci y su Impacto en la Carta Natal Argentina
Por Néstor Echarte
La armónica basada en el número áureo , también conocida como la «Armónica de Fibonacci» , es una técnica avanzada y relativamente reciente en astrología que se inspira en la proporción áurea, una constante matemática que se encuentra en la naturaleza, el arte y la arquitectura. . . . La proporción áurea, aproximadamente igual a 1.61803398875 , es conocida por sus propiedades estéticas y armoniosas. La aplicación de la proporción áurea en la astrología se basa en la idea de que esta constante puede revelar patrones y resonancias ocultas en la carta natal que están alineadas con la belleza, la armonía y la estructura natural del universo . Al igual que otras armónicas, la Armónica de Fibonacci se utiliza para identificar aspectos y relaciones entre planetas que no son evidentes en la carta natal tradicional.
La proporción de áurea es una constante irracional que aparece en diversas formas en la naturaleza, desde la disposición de las hojas en las plantas hasta la estructura de las galaxias . Su uso en la astrología se basa en el concepto de que esta proporción refleja una armonía subyacente en el cosmos que también se puede encontrar en la vida humana. Para calcular esta armónica, se puede utilizar un múltiplo de la proporción áurea. Por ejemplo, multiplicando la longitud de cada planeta en la carta natal por 1.618.
Expresión Pitagórica de la Proporción Áurea:
Esta técnica es un poco más compleja que las armónicas basadas en números enteros, pero el principio es similar: se busca cómo las posiciones de los planetas se reorganizan según esta proporción especial.
La armónica basada en el número áureo resalta áreas de la vida donde hay una especial armonía y belleza. Puede indicar talentos artísticos y creativos únicos, así como una afinidad natural por la estética y el diseño. Esta armónica puede revelar cómo una persona está en sintonía con los ritmos naturales del universo. Puede indicar una fuerte conexión con la naturaleza y una capacidad innata para vivir en equilibrio con el entorno.
La proporción áurea está intrínsecamente relacionada con la secuencia de Fibonacci, que describe un patrón de crecimiento natural. En una carta natal, puede indicar áreas de la vida donde la persona experimentará un crecimiento significativo y transformaciones armoniosas. La proporción áurea también está vinculada a la atracción y las relaciones. Esta armónica puede mostrar cómo una persona atrae a los demás y cómo se desarrollan sus relaciones de manera natural y equilibrada. La armónica de Fibonacci puede indicar una conexión profunda con lo espiritual y lo cósmico. Puede señalar un sentido innato de propósito y destino, así como una comprensión intuitiva de las leyes universales.
Supongamos que tienes un planeta en 10° de Leo (130° de longitud absoluta). Para aplicar la armónica de Fibonacci, multiplicas 130 por 1.618, obteniendo aproximadamente 210° 20´ como longitud absoluta, que reducido a una posición zodiacal se interpretaría como 0°20′ de Escorpio en la carta natal. Este nuevo punto revela cómo la energía de ese planeta se armoniza con el cosmos en una forma más profunda y resonante.
La Armónica de Fibonacci en astrología es una herramienta poderosa para explorar la armonía y la belleza en la vida de una persona. Al utilizar la proporción áurea, los astrólogos pueden descubrir patrones ocultos y resonancias que reflejan la estructura subyacente del universo, proporcionando una visión única y profunda de la carta natal y la vida de la persona.
La proporción áurea sobre la carta de la República Argentina
Si aplicamos la proporción áurea a la carta natal de la República Argentina, la aplicación de esta técnica puede señalar áreas donde el país experimentará transformaciones significativas y desarrollo armónico. Puede resaltar talentos colectivos en el ámbito artístico y creativo, así como una conexión innata con la naturaleza y un equilibrio en las relaciones internacionales. Asimismo, puede indicar una profunda conexión espiritual del país con su identidad y propósito en el escenario mundial, proporcionando una visión resonante y estética del destino de Argentina en el cosmos. Esto, que parece una utopía, bien interpretado podría estar señalando la manera de solucionar problemas recurrentes. Obviamente deben ser tratados con responsabilidad.
La carta natal de Argentina, calculada a partir del 9 de julio de 1816 a las 12:04 en San Miguel de Tucumán, revela aspectos sugestivos cuando se aplica la armónica basada en la proporción áurea.
En la carta tradicional de Argentina, la Luna se encuentra en Capricornio en la casa 4, en oposición al Sol en Cáncer en la casa 10. Esta configuración ha sido interpretada como una de las causas de las crisis recurrentes en el país, reflejando tensiones entre el pueblo (Luna) y la autoridad (Sol). Sin embargo, al aplicar la técnica de la Armónica de Fibonacci, descubrimos un panorama completamente diferente.
Más adelante, en el apartado de esta nota titulado “Argentina: Tiempos en los que el pueblo será protagonista” abordaremos los detalles astrológicos de esta configuración.
Metodología astrológica a utilizar para leer la actualidad
La armónica basada en la proporción áurea ofrece una perspectiva única sobre cómo Argentina puede alinear sus acciones y políticas con principios universales de armonía y belleza. Al considerar estas recomendaciones y aplicarlas de manera práctica y consciente, Argentina puede trazar un camino hacia un futuro más equilibrado y próspero. La clave está en integrar estos principios de manera tangible en las decisiones gubernamentales y sociales, fomentando un entorno donde la armonía y la cohesión puedan florecer.
Esta idea no es caprichosa ni producto de un pensamiento ideológico (que comparto), sino que es el emergente de un análisis astrológico basado en los principios de la proporción áurea como base de cálculo e interpretación del mapa natal de la Argentina y el sistema de direcciones simbólicas que utilizaremos para situarnos en la realidad presente, direcciones basadas en claves derivadas de esta proporción.
Para eso nos basaremos en un excelente trabajo de investigación realizado, ya hace más de 40 años, por el astrólogo Miguel Kamenetzky, en el que recrea, analiza, justifica y aplica un método de pronóstico astrológico que denomina “Direcciones Pitagóricas”.
Señala en su trabajo que “la casi totalidad de los métodos de Direcciones Planetarias conocidos hasta la fecha, se encuentran fundamentados en leyes pertenecientes a las matemáticas herméticas, sin olvidar que la astrología misma es también hermética por antonomasia”.
A partir de este concepto, desarrolla una serie de razonamientos basados en el concepto bíblico del Apocalipsis donde en 13:18 señala “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”, relacionándolo como simbólico de la aplicación del sistema sexagesimal en la notación astronómica y astrológica, y asumiendo como número del hombre al 555, manifestando que el mismo es “sugerente de las áureas dimensiones del hombre perfecto y de todo el entorno natural que lo rodea; siendo de dominio público el hecho de que todos los objetos creados por la sabia naturaleza poseen la Proporción Áurea (o Divina Proporción)”.
El número 1,61803398874988 es representativo de la proporción entre dos segmentos de una recta, es decir, que se trata de una construcción geométrica. A partir de esa recta, el número se encuentra en otras tantas figuras geométricas, pero lo más asombroso es que se encuentra en la naturaleza, en las distintas relaciones que las hojas de los árboles, algunas plantas, flores, y hasta en algunos animales e insectos. Entre sus propiedades aritméticas encontramos que tanto el cuadrado de este número (Φ2 = 2,61803398874988…) como su inverso (1/Φ = 0,61803398874988…) tienen las mismas e infinitas cifras decimales.
La proporción áurea surge de la relación entre un segmento “a” y un segmento “b”. El segmento «a” es más extenso que el segmento “b”, mientras que la longitud total de la recta es, al segmento “a”, como el segmento “a” es al segmento “b”. Al colocar la proporción áurea en una expresión algebraica, se obtiene la siguiente ecuación:
(a + b) / a = a / b. El número áureo, que se lo menciona con la letra griega phi, es el resultado de la división entre a y b.
Basta con buscar en internet la expresión “proporción áurea” para encontrar cientos de ejemplos, tanto desde la construcción geométrica como, también, aquellos que generosamente nos brinda la naturaleza en muchas de sus expresiones, que responden a dicha proporción.
Para comprender este principio es necesario explicar a que se denomina Espiral de Oro. Se trata de una representación gráfica obtenida mediante el trazado de rectángulos que se unen desde sus vértices en una espiral ascendente cuyo crecimiento y desarrollo se produce al multiplicar, desde un comienzo, cada segmento por la constante 1.61803398874988, encontrándose esta proporción en forma frecuente en la naturaleza. Para los estudiosos del tema, esto significa la percepción de una imagen que tiene armonía, y que es bien percibida por los sentidos humanos que encuentran en este principio el fundamento de una integración armónica con el universo. Tal vez esto podría ser subjetivo, pero quienes entienden de arte así lo aseguran, y aquellos que buscan evolucionar en sentido espiritual y humano, encuentran en muchas de las técnicas derivadas de estos principios, las herramientas necesarias para transitar un camino de crecimiento e integración con el Universo del cual formamos parte.
Si consideramos a la recta como una unidad y aplicamos sobre ella esta proporción, nos encontraremos con dos valores. Uno representativo del segmento más largo, y el otro representativo del segmento más corto. Estos segmentos, representativos de los valores que construyen la estructura del número áureo, generan dos valores decimales que llevados a su expresión sexagesimal pueden ser utilizados como claves simbólicas de un sistema de direcciones para pronóstico astrológico. A saber: 0.618 (00° 37´ 05´´ en arco) y 0,382 (00° 22´ 55´´ en arco).
El astrólogo Miguel Kamenetzky llega al valor del segmento “b” interpretando el razonamiento que vincula a la cita del Apocalipsis con el número del hombre:
Debemos recordar estos dos valores proporcionales, 0.618 (00° 37´ 05´´ en arco) y 0,382 (00° 22´ 55´´ en arco) ya que los utilizaremos como claves simbólicas para proyectar las cartas trópicas de Argentina, la del 25 de mayo y la del 9 de Julio) a tiempos actuales. De esta manera el segmento áureo, con sus dos valores, nos permite aplicar dos claves diferentes en la búsqueda de direcciones simbólicas, y seguir así los procesos evolutivos e históricos a partir de direcciones basadas, también, en la proporción áurea. Ambas claves son menores a la tradicional clave de Ptolomeo de 1° = 1 año por lo cual es un valor reductor que nos dará arcos de edad menores a los obtenidos con la clave de Ptolomeo, para una misma fecha.
Las fechas obtenidas por estas direcciones se convierten así en referencias fundamentales en la búsqueda de parámetros correctos para transitar un camino de evolución.
Argentina: Tiempos en los que el pueblo será protagonista
Todo lo anterior, es solo el diagnóstico de lo que podría ocurrir, ante un panorama que se nos presenta, casi, como una opción utópica…. Pero es posible…. Siempre que el pueblo, representado por la Luna, sea el principal protagonista.
Continuando con el camino trazado, luego de la aplicación de la armónica basada en el número áureo sobre la carta natal de Argentina del 9 de Julio de 1816, hemos constatado dos aspectos astrológicos sumamente simples, pero no por ello menos significativos, ya que su contundencia interpretativa avala los resultados de esta técnica en forma irrebatible.
En la carta natal del 9 de Julio de 1816, la Luna obtenida con el cálculo de la proporción áurea, cae exactamente sobre el Sol trópico partil al Medio Cielo. Mientras que el ascendente de la proporciones áurea, cae en el grado 2 de Piscis, muy cerca de la posición de la Luna (4° de Piscis) de la carta natal del 25 de mayo de 1810.
Esto nos cuenta una historia, que hemos conocido desde pequeños, cuando nos contaban que el 25 de mayo fue el pueblo (la Luna) quién que salió a la calle a reclamar, a pedir a gritar por una nación diferente. O por lo que era en ese entonces, una semilla de nación. En la mayoría de los hechos analizados donde se producen cambios de importancia en la historia del país siempre estuvo presente el pueblo en la calle, representado, para los astrólogos, por el simbolismo lunar. Reclamando, demandando, gritando su hartazgo y su deseo de libertad. A veces con buenos resultados, otras veces son su propia sangre
En la carta natal Áurea de Argentina, la Luna se sitúa en el grado 17°58′ de Cáncer, su propio domicilio, en conjunción exacta con su Sol trópico en Cáncer. Este aspecto indica una armonía natural entre el pueblo y la autoridad, sugiriendo un potencial latente para la reconciliación y la cohesión interna del país. Esta posición de la Luna en Cáncer, hace hincapié en la importancia de la conexión emocional y la seguridad en el hogar y la nación. Claramente, un concepto que muchas veces no se refleja en la realidad. Pero nos preguntamos entonces, ¿Cómo puede lograrse esta integración que está claramente indicada en este aspecto de superposición astrológica entre la carta basada en la proporción áurea y la carta tradicional de Argentina?
La armónica basada en la proporción áurea también destaca áreas de crecimiento y transformación significativa para Argentina. La conjunción exacta entre la Luna áurea y el Sol radical en Cáncer señala un camino evolutivo claro, donde la integración de valores áureos puede llevar a un desarrollo armonioso y sostenido. La Luna en su propio signo sugiere que el pueblo argentino tiene una capacidad innata para encontrar equilibrio y armonía cuando se alinea con los ritmos naturales y los principios de la proporción áurea.
El uso de la proporción áurea en la carta natal de Argentina resalta la importancia de incorporar principios de belleza, paz y armonía en la vida cotidiana y en las políticas nacionales. La posición de la Luna en Cáncer sugiere un enfoque en la seguridad y el bienestar del hogar, promoviendo una relación saludable entre el pueblo y sus líderes. Este análisis invita a reflexionar sobre cómo la adopción de valores estéticos y armónicos puede influir positivamente en el destino del país.
En resumen, la carta natal áurea de Argentina, con la Luna en Cáncer en conjunción con su So trópico, nos ofrece una visión alentadora y armoniosa. Este análisis sugiere que, al integrar los principios de la proporción áurea en sus prácticas y políticas, Argentina puede encontrar un camino hacia un futuro más equilibrado y próspero.
La aplicación de la armónica basada en la proporción áurea en la carta natal de Argentina revela aspectos profundamente beneficiosos y tangibles que pueden ayudar al país a encontrar equilibrio y armonía. La conjunción exacta de la Luna y el Sol en Cáncer, según la armónica de Fibonacci, indica un potencial innato para la reconciliación entre el pueblo y las autoridades.
Promover políticas que fomenten la participación ciudadana y el diálogo abierto entre la población y el gobierno llevará a una mayor cohesión social. La Luna en Cáncer subraya la importancia de la seguridad y el bienestar en el hogar y la nación. Implementar programas que mejoren la calidad de vida, como viviendas dignas, educación y salud accesibles, fortalecerá el sentido de comunidad y seguridad en el país.
Esta armonía, sugiere que el país tiene un potencial significativo para lograr su crecimiento. Fomentar el desarrollo sostenible, respetando los principios de la naturaleza y la proporción áurea, resultará en un progreso económico y social equilibrado. La proporción áurea, asociada con la belleza y la armonía, destaca la importancia de apoyar las artes, la cultura y la educación. Desarrollar una identidad nacional robusta y unificada mediante la inversión en proyectos culturales y artísticos no solo atraerá turismo, sino que también mejorará la imagen internacional del país.
La Luna en Cáncer de esta carta armónica, también sugiere una fuerte conexión con la naturaleza. Implementar políticas medioambientales que protejan los recursos naturales y promuevan la sostenibilidad ayudará a Argentina a mantenerse en sintonía con los ritmos naturales del mundo.
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Por otra parte, el ascendente de la Carta Natal Armónica de la República Argentina, siempre calculado bajo el número áureo, se proyecta sobre el grado 2 del signo de Piscis, el que se encuentra en conjunción con un orbe de sólo 2° de arco con la Luna de la otra carta natal de Argentina, la del 25 de Mayo de 1810. Una Luna, sobre la que ya demostramos en una nota publicada hace en nuestra página web (https://bit.ly/trutina), que se encuentra estrechamente ligada a la carta natal de Argentina del 9 de Julio de 1816, donde se cumplen casi a rajatabla los principios herméticos de la “Trutina de Hermes”, que explica que la Luna de la concepción se transforma en el Ascendente del niño por nacer. En este caso, y siguiendo este razonamiento cuya autoría se atribuye al “Tres Veces Grande, Hermes Trismegisto”, recreado luego por Claudio Ptolmeo en el apartado nro. 51 de su “Centiloquio”, señala con claridad que “el signo en que la Luna se encuentre en el momento de nacer, es el signo que se encuentra en el Ascendente o Descendente del momento de la concepción, y el signo donde ella se encuentre en el momento de la concepción, o bien el opuesto, será el signo Ascendente del Nacimiento”.
Ptolomeo propone además una serie de chequeos adicionales vinculados a la posición de la Luna en relación al Sol, para poder determinar sin error posible, el momento exacto de la concepción. En relación a ese tema, nos tomaremos algunas licencias, ya que, en este caso, no se trata de obtener el momento exacto de la concepción de un ser humano, sino que adaptamos la técnica a una temática algo menos ortodoxa, como lo es el considerar a la Carta Natal Argentina del 25 de Mayo de 1819, como la carta de concepción de la “criatura por nacer”, esta última representada por la Carta Natal de Argentina del 9 de Julio de 1816. En este caso, la Luna de la “Concepción” (25 de Mayo de 1819) que se encuentra en los 4° de Piscis ocupa exactamente el grado antiscio del 26° de Libra a la sazón Ascendente de la Carta Natal de la Independencia Argentina (9 de Julio de 1816). Podemos sumar a esto que Saturno de la carta del 25 de Mayo, ocupa también el punto Antiscio de de la Luna de la carta del 9 de Julio.
Vemos de esta manera, como la astrología proporciona una herramienta valiosa para reflejar las tendencias y potenciales inherentes en la carta natal de un país.
No deja de ser importante y prometedor el hecho de saber que la Luna de la carta áurea, la que tiene uno de los significados más elevados desde los valores humanos y espirituales, se hermana en perfecta conjunción con el Sol de la Carta Trópica de Argentina (la del 9 de Julio de 1816) prometiendo, y me atrevería a decir, “garantizando” un destino de prosperidad y de bienestar siempre anhelado por sus más de 46 millones de habitantes.
La mayoría de quienes leen esto, se preguntarán: ¿y por qué causa no nos damos cuenta de que estamos tan bien? ¿No se tratará de una ilusión, una fantasía de quien esto escribe?, o tal vez… de un pensamiento ¿utópico?
Obviamente se pueden ensayar cientos de justificaciones para entender el porqué de un fracaso que parece evidente. Pero no significa, esto, que siempre vaya a ser así, como tampoco significa que siempre fue de esa manera. Argentina tuvo siempre altibajos en su condición de crecimiento económico. Este punto es tal vez, el que más puede desestabilizar a cualquier país del mundo. Pero también tuvo muchas épocas de esplendor y crecimiento. Este sube y baja, cíclico en el tiempo, en gran medida responde a la oposición de base que tiene Argentina en su carta natal, que es la Luna en exilio en Capricornio disponiendo y oponiéndose a la vez al Sol en Cáncer. Un juego permanente entre quienes tienen el poder y el pueblo, donde la situación de este último, simbolizado por la presencia de la Luna en Capricornio, nos muestra que el hilo se corta siempre por lo más delgado.
Pero sí. podemos afirmar que la Luna de la carta armónica de la Argentina, calculada mediante la proporción áurea en estrecha conjunción con su Sol trópico es el preanuncio de que ese mundo utópico es posible. De que ese bienestar subyace como un mandato superior a alcanzar con lo que el pueblo puede lograr cuando su reclamo se hace visible.
Las Direcciones Simbólicas Pitagóricas
Para diferenciar interpretativamente cada una de las claves pitagóricas, nos basamos en su origen matemático y su aplicación simbólica dentro de la astrología. Ambas claves se derivan del número áureo (0.618 y su complemento 0.382), y cada una tiene una implicación específica en la interpretación de los movimientos planetarios y sus influencias.
La diferencia interpretativa entre estas dos claves radica en su enfoque hacia los eventos y ciclos de la vida. La clave de 0.618 se asocia con momentos de expansión y evolución armoniosa, resaltando el flujo natural de crecimiento que sigue patrones universales. Por otro lado, la clave de 0.382 se enfoca en los procesos de consolidación y equilibrio, señalando los periodos en los que se integran y estabilizan las influencias previas, llevando a un cierre de ciclos y preparando el terreno para nuevos inicios. Ambas claves, al ser complementarias, ofrecen una visión completa y matizada de los eventos astrológicos, permitiendo una comprensión profunda de los desafíos y oportunidades que enfrentan tanto individuos como naciones.
Eventos con Clave del Número Áureo: 0.618 o 0°37´05´´ por año
En astrología, esta clave se utiliza para identificar momentos de evolución y crecimiento natural, destacando los periodos en los que los eventos fluyen en un ritmo que refleja un desarrollo armonioso y proporcional.
Es un hecho visible, que cada día que pasa, el pueblo se vuelca cada vez más a la calle manifestando sus justos reclamos. Al principio tibiamente, pero a medida que pasan los días y la crisis se profundiza, con desocupación, desindustrialización, despidos, inflación con recesión, violencia en las calles, falta de seguridad, devaluaciones, y un estado que es destruido en forma intencional, tiene su correlato astrológico en una dirección simbólica bajo una de las dos claves pitagóricas que nos habla justamente de la posible rebelión del pueblo ante una situación que se desmadra día a día.
Vamos a explorar un aspecto astrológico sumamente interesante y revelador en la carta de Argentina. En esta primera aproximación, situándonos a mediados de 2024, hemos calculado una dirección simbólica basada en el número áureo, utilizando una velocidad pitagórica de 0.618, o su equivalente de 0°37´05´´ por año. Esta dirección lleva el ascendente de la Carta Natal de la República Argentina (9 de julio de 1816) exactamente a los 4° 10´ de Piscis. Este grado es el punto antiscio del Ascendente trópico de su carta natal, que se encuentra en los 25° 38´ de Libra. Ambos puntos son grados antiscios y esta dirección es exacta.
Debemos añadir que en ese mismo punto se encuentra la Luna de la carta natal de Argentina (25 de mayo de 1810). Esta Luna, respondiendo al concepto simbólico de la Trutina de Hermes, define el ascendente trópico de la carta natal del 9 de julio de 1816. Esta señal sobre la Luna marca una época donde el pueblo es protagonista, de la misma manera que se expresó esa Luna en Mayo de 1810.
Desde una perspectiva evolutiva, este aspecto señala un momento de profunda conexión con el pasado histórico y emocional de Argentina. El grado 4 de Piscis no solo actúa como un espejo del ascendente original, sino que también resuena con la Luna de la carta de 1810, simbolizando una activación de la memoria colectiva y las emociones profundas del pueblo argentino. Esta alineación puede interpretarse como un resurgir de los ideales de libertad, justicia y lucha que han definido momentos cruciales en la historia del país.
En términos prácticos, esta configuración puede manifestarse en una renovada conciencia social y política. Es probable que veamos una intensificación de las demandas populares y un sentimiento creciente de solidaridad y unidad entre los ciudadanos. Las emociones serán un motor poderoso en este proceso, impulsando a la gente a reclamar cambios significativos y a no conformarse con el status quo.
Sin embargo, no podemos ignorar las posibles dificultades que este aspecto puede traer. La tensión entre la Luna revolucionaria de 1810 y el ascendente progresado puede desencadenar conflictos y desafíos en la arena política y social. La historia nos muestra que momentos de gran cambio y reivindicación suelen ir acompañados de resistencia y represión por parte de las estructuras de poder establecidas. Es crucial estar preparados para enfrentar posibles obstáculos y aprender de las lecciones del pasado.
El grado 4 de Piscis nos invita a navegar por estas aguas con intuición y sensibilidad, reconociendo las emociones profundas que motivan tanto a los individuos como a la colectividad. La clave estará en canalizar estas energías de manera constructiva, utilizando la empatía y la creatividad para encontrar soluciones que beneficien a todos. En este momento crucial, Argentina tiene la oportunidad de reencontrarse con su espíritu revolucionario y evolucionar hacia una sociedad más justa y equitativa, a pesar de las adversidades que puedan surgir en el camino.
Pero este aspecto en particular, no lo podemos evaluar como negativo o como positivo en sus consecuencias. Es un valor indicativo. Solo eso. Muestra el protagonismo popular en un momento de enorme desgobierno y confusión. Un protagonismo que irá creciendo a medida que pasen los meses y con consecuencias, tanto positivas como negativas, en la medida en que evaluemos esta dirección simbólica acompañada de otros métodos de pronóstico.
Es por esta causa, que no podemos perder de vista otros aspectos significativos señalados para esta misma fecha (mediados 2024), los cuales vamos a explorar.
Análisis sobre la sizigia y la Luna progresada:
En el mismo contexto temporal, alrededor de mediados de 2024, la dirección simbólica de 0°37´05´´ por año revela que la sizigia progresada llega al grado 26 de Tauro, mientras que la Luna progresada se proyecta sobre el grado 27 de Tauro. Estos grados son especialmente significativos debido a su conjunción con la estrella fija Algol y la cúspide de la casa octava de la carta natal del 9 de julio de 1816, respectivamente.
La sizigia progresada en el grado 26 de Tauro en conjunción con Algol indica un periodo de potenciales crisis y desafíos extremos. Algol, una estrella asociada con la intensidad y las pruebas difíciles, sugiere que el país podría enfrentar eventos que requieran una profunda capacidad de resistencia y superación. Esta estrella a menudo está ligada a experiencias que exigen confrontar y transformar los aspectos más oscuros y temidos de la realidad. En un contexto nacional, esto puede traducirse en una necesidad de enfrentar y resolver crisis internas significativas, ya sean políticas, sociales o económicas.
Simultáneamente, la Luna progresada en el grado 27 de Tauro en conjunción exacta con la cúspide de la casa octava resalta temas de transformación profunda y regeneración. La casa octava está vinculada a procesos de cambio radical, incluyendo la muerte y el renacimiento, así como los recursos compartidos y las finanzas colectivas. La Luna en esta posición sugiere que el pueblo, representado por la Luna, se verá profundamente involucrado en estos procesos de transformación. Las emociones colectivas serán intensas y habrá una fuerte necesidad de renovarse y adaptarse a nuevas realidades.
Esta configuración astrológica también puede señalar una fase en la que se desvelan secretos y se enfrentan tabúes sociales o políticos. La casa octava rige lo que está oculto y lo que necesita ser transformado para que ocurra un renacimiento. La Luna aquí, amplificada por su conexión con los eventos y emociones populares, puede traer a la superficie temas que han estado latentes o reprimidos, forzando al país a confrontarlos de manera directa.
Desde una perspectiva práctica, estos tránsitos pueden coincidir con importantes movimientos de reestructuración en sectores claves como la economía y la política. Las transformaciones pueden ser impulsadas tanto por la necesidad de supervivencia como por el deseo de mejorar y evolucionar. La conjunción de la Luna con la cúspide de la casa octava sugiere que el pueblo argentino tendrá un papel crucial en estos procesos, demandando cambios profundos y resistiendo las presiones para mantener el status quo.
Las energías combinadas de Algol y la casa octava implican que estos cambios no serán fáciles ni superficiales. Algol puede traer resistencia y conflictos, mientras que la casa octava demanda una transformación total, a menudo a través de experiencias intensas y desafiantes. Sin embargo, estas mismas energías también ofrecen la posibilidad de un renacimiento poderoso, si se manejan con sabiduría y determinación.
Conjunción Marte-Urano sobre Algol y la cúspide de la casa ocho:
Añadiendo otra capa de complejidad y desafío a este escenario, el 15 de julio se produce una conjunción exacta de Marte y Urano en el grado 26 de Tauro. Aclaramos aquí que esta conjunción es parte de un ciclo planetario, es decir, de una conjunción recurrente entre ambos planetas, que se combina, en este caso, con estas direcciones pitagóricas.
Esta conjunción se sitúa sobre la estrella fija Algol y la cúspide de la casa ocho de la carta natal del 9 de julio de 1816. Este aspecto es conocido por su intensidad y su potencial para generar eventos súbitos y disruptivos. Marte representa la acción, la agresividad y el conflicto, mientras que Urano trae consigo la energía de la revolución, el cambio radical y lo inesperado.
La conjunción sobre Algol, una estrella asociada con crisis y eventos extremos, puede indicar un periodo de gran agitación y posibles conflictos intensos. Algol tiene la reputación de traer situaciones que requieren enfrentar los miedos más profundos y las pruebas más difíciles. En un contexto nacional, esto puede traducirse en tensiones significativas dentro del país, conflictos sociales y políticos que podrían surgir de manera abrupta.
La presencia de Marte y Urano en esta posición puede indicar una reestructuración forzada de estos temas, posiblemente a través de eventos que sacuden las bases del status quo. Este aspecto puede simbolizar luchas de poder, crisis económicas o cambios drásticos en las estructuras de autoridad y control dentro del país.
Desde una perspectiva evolutiva, estos tránsitos nos hablan de una oportunidad para que Argentina se reinvente y supere viejas limitaciones. La conjunción de la Luna progresada con la cúspide de la casa octava también sugiere una necesidad de introspección y de trabajo en las profundidades del subconsciente colectivo para sanar y liberar patrones negativos del pasado. Es un llamado a enfrentar las cuestiones más ocultas y transformadoras, aquellas que residen en el núcleo mismo del poder y los recursos del país. Es un momento de enfrentar miedos y sombras, y de trabajar hacia una regeneración que involucre tanto a la población como a las estructuras fundamentales del país. Aunque los desafíos pueden ser intensos, las oportunidades para un renacimiento significativo y duradero están presentes. Obviamente, respetando siempre la decisión de las bases, y no a la inversa.
Eventos con Clave del Número Áureo: 0.382 o 0°22´55´´ por año
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La clave de 0.382 representa el complemento a la clave áurea anterior, ya que la suma de ambas representa la unidad (podríamos imaginar así, la clave de Ptolomeo de un Grado de arco, descompuesta por estos valores áureos, nos permite la obtención de estas dos claves diferentes.
Aplicando la Clave del Número Áureo: 0.382 o 0°22´55´´ por año a la carta natal de Argentina del 9 de julio, el planeta Júpiter, presente en el ascendente de esta carta, llega a la conjunción exacta con la Luna natal, en 19 grados de Capricornio. Este aspecto se manifiesta en el contexto de las direcciones simbólicas descritas anteriormente, añadiendo un elemento adicional de interpretación.
La conjunción de Júpiter con la Luna natal en Capricornio señala un periodo de profunda transformación emocional y social para Argentina. Este aspecto combina las energías expansivas y benéficas de Júpiter con las cualidades emocionales y populares de la Luna, en el signo pragmático y estructurado de Capricornio. Júpiter es el planeta de la expansión, la abundancia y el crecimiento. Su conjunción con la Luna natal sugiere un aumento en la conciencia emocional colectiva del país. Este aspecto puede manifestarse en un mayor enfoque en el bienestar del pueblo, con posibles políticas o movimientos sociales que buscan mejorar las condiciones de vida y la justicia social. La naturaleza expansiva de Júpiter podría traer optimismo y una sensación de oportunidad para el futuro, alentando a la población a unirse en torno a metas comunes.
Aunque Júpiter suele ser considerado un planeta benéfico, su influencia en Capricornio también puede traer desafíos relacionados con la necesidad de equilibrar la expansión con la responsabilidad. Las expectativas de progreso y mejora deben estar alineadas con la realidad y las capacidades del país.
Carta Natal de Argentina del 25 de Mayo de 1810 con
Clave del Número Áureo: 0.618 o 0°37´05´´ por año
Carta Natal de Argentina del 25 de Mayo de 1810 con
Clave del Número Áureo: 0.382 o 0°22´55´´ por año
Aplicando las dos claves áureas sobre lo que sería la carta natal de la concepción de Argentina, es decir, la carta natal de la Revolución de Mayo, con fecha 25 de mayo de 1810, anterior a la fecha de la independencia, se observan dos aspectos que se proyectan sobre la carta del 9 de julio de 1816, uniendo así ambas cartas natales. La clave de 0.618 o 0°37´05´´ por año, coloca la Luna en 16 grados de Cáncer, sobre el Sol de la Argentina de esta última carta. La clave de 0.382 o 0°22´55´´ por año, pone a la Luna en 25 de Tauro, sobre la estrella Algol, de la que ya hemos hablado.
En el contexto de las épocas actuales, estos dos aspectos tienen implicaciones significativas. La Luna en 16 grados de Cáncer, sobre el Sol de la carta del 9 de julio de 1816, resalta una poderosa conexión emocional y de identidad nacional. El Sol representa la esencia y la vitalidad de Argentina, y la Luna en Cáncer, un signo asociado con el hogar y la patria, sugiere un periodo de profundo arraigo y sentido de pertenencia. En términos prácticos, es posible que surjan movimientos sociales y políticas que promuevan el bienestar colectivo y refuercen los lazos comunitarios, recordando los valores fundacionales de la Revolución de Mayo.
Por otro lado, la Luna en 25 de Tauro, sobre la estrella Algol, introduce un elemento de desafío y transformación profunda. Tal como hemos dicho, esta estrella, está asociada con crisis y pruebas difíciles. Este aspecto puede señalar momentos de tensión y conflicto, tanto internos como externos, que requieran enfrentar miedos y sombras.
Ambos aspectos, aunque distintos en su naturaleza, se complementan en el análisis de las épocas actuales. Mientras que la Luna en Cáncer sobre el Sol fortalece el sentido de identidad y cohesión nacional, la Luna en Tauro sobre Algol desafía a la nación a enfrentar y transformar sus crisis. Juntos, estos aspectos sugieren un periodo de intensa evolución emocional y social para Argentina, donde la unión y la solidaridad del pueblo serán cruciales para superar las dificultades y lograr un renacimiento significativo. La capacidad de equilibrar la protección y el cuidado con la fuerza y la resiliencia determinará el camino hacia un futuro más estable y próspero.
Conclusiones sobre la activación de la estrella Algol
En el análisis de los tránsitos y las direcciones simbólicas sobre la carta natal de Argentina, uno de los puntos más críticos es la influencia de la estrella Algol. Esta estrella, situada en 25° de Tauro, tiene una reputación histórica de estar asociada con crisis y pruebas intensas.
Cuando la conjunción de Marte con Urano tiene lugar en el 26° de Tauro, justo sobre Algol, se activa una energía explosiva y disruptiva. Marte trae consigo la agresividad y el conflicto, mientras que Urano aporta el cambio radical y lo inesperado. Esta combinación puede desencadenar eventos súbitos y potencialmente violentos, desafiando la estabilidad y generando un clima de tensión y conflicto. En un contexto nacional, esto puede manifestarse en protestas, disturbios o enfrentamientos significativos que sacuden las estructuras establecidas. La clave del número áureo, al mover la Luna a 25° de Tauro, también toca Algol, amplificando las emociones colectivas asociadas con crisis y transformación.
Este aspecto puede traer a la superficie miedos profundos y traumas colectivos, obligando a la nación a confrontar sus sombras y trabajar hacia una resolución transformadora.
Además, la clave de 0.382 o 0°22´55´´ por año coloca nuevamente a la Luna sobre Algol . La activación recurrente de esta conflictiva estrella, sugiere que Argentina se encuentra en un momento crítico donde la capacidad de manejar las adversidades determinará su camino futuro. Estos tránsitos y direcciones simbólicas no sólo señalan desafíos, sino también oportunidades para un renacimiento profundo si se abordan con sabiduría y fortaleza.
La presencia de Algol en estos aspectos sugiere que los riesgos son significativos, incluyendo la posibilidad de conflictos sociales, inestabilidad política y eventos que pongan a prueba la cohesión nacional. Sin embargo, también ofrece la oportunidad de transformar las crisis en momentos de crecimiento y renovación.