Cálculo manual de una carta natal

Por Néstor Echarte

 

Cuando en los comienzos de 1975 ingresé por primera vez en las aulas de Centro Astrológico de Buenos Aires para comenzar formalmente mis estudios de astrología, traía como hándicap el hecho de haber aprendido por mis propios medios a levantar correctamente una carta natal. Ese Universo desconocido, ese monstruo oculto y desalentador de la formación astrológica que consistía en comenzar a remontar algunos viejos conceptos matemáticos, adquiridos durante el paso por la escuela primaria, sumados a una básica y elemental incorporación de conocimientos astronómicos, ya no eran un misterio, dada esa supuesta facilidad matemática con que para el resto de la gente yo venía dotado.

Visto a la distancia debo confesar que no era facilidad, sino un alarde de esfuerzos y de constancia, por el solo hecho de estar empecinado en la tarea de desentrañar un esquema de conocimientos que, en ese entonces, excedía  mis propias capacidades, sobre todo cuando era muy difícil encontrar libros y material que pudieran abordar la formación astrológica de una manera sistemática y criteriosa, y mucho más complejo, aún, encontrar un lugar dedicado a la enseñanza de una disciplina tan diferente y lejana a las aspiraciones medias de cualquier estudiante. Solo un demente, un loco, un desquiciado o alguien con notorias inclinaciones de estar por fuera del sistema podía tomar con seriedad el estudio de la astrología.

Sin embargo, allí estaban esperándonos, en esa pequeña aula relegada hacia los fondos de un antro repleto de mesas de billar, y de relucientes paños verdes de las mesas donde decenas de jugadores de poker orejeaban sus cartas en busca de una mejor fortuna, quienes serían en los años siguientes nuestros maestros de astrología: Roberto Martori y Eloy Ricardo Dumón. Seres de una enorme generosidad, un sólido conocimiento espiritual y astrológico y una vocación indubitable que los llevó a dedicar notables esfuerzos para formar y capacitar a cientos de astrólogos que durante muchos años transitaron por las aulas de la que fué, la primera institución que encaró el estudio sistemático de la astrología en la República Argentina.

Pese a esa facilidad inicial que me daba el conocer con claridad cómo se implementa el  cálculo astrológico, pude comprobar que es mucho más complejo transitar sus contenidos con el solo el apoyo del esfuerzo autodidacta, ya que una guía adecuada que oriente y ordene los conceptos, que indique aquello que es prioritario en la formación,y que sugiera los pasos a seguir en estudio de la astrología se constituye en una ayuda trascendental para lograr transitar sin sobresaltos y sin contraindicaciones el camino adecuado, sobre todo en momentos en que nuestras propias distracciones nos han llevado por senderos equivocados.


¿Qué elementos necesitamos para el cálculo de una carta natal?

El cálculo manual de una carta natal, si se hace frecuentemente, puede llega a convertirse en algo rutinario y sencillo por lo repetitivo de sus métodos. A continuación expondremos los pasos necesarios para calcular una carta natal en forma correcta y sencilla, uno detrás del otro, por lo que si se siguen estas instrucciones cualquier persona será capaz de calcular sin inconvenientes un tema astrológico.

Pero como cada una de estas instrucciones, representa un concepto con distintos contenidos astronómicos, explicaremos luego el significado y fundamentación de cada uno de los pasos que dimos para que aquel que esté dispuesto a encarar esta tarea, además de hacerlo mecánicamente, pueda comprender su verdadero significado y comprender desde el punto de vista astronómico los resultados que hemos obtenido.

El cálculo astronómico/astrológico requiere la utilización del sistema de numeración sexagesimal, que se utiliza para la medición de ángulos (medidas de arco) y de tiempo. Es un sistema de numeración en base 60, y en principio deberemos respetar una convención en torno a las abreviaturas a utilizar. Cuando hagamos referencia a medidas de arco utilizaremos los conceptos de Grado, Minuto y Segundo ( ° , ´ , ´´ ), mientras que cuando hagamos referencia medidas de tiempo utilizaremos los conceptos de Hora, Minuto y Segundo ( h , m , s ).

La construcción de una carta natal requiere que previamente nos proveamos de una serie de datos, necesarios para el cálculo, como también de algunos elementos que deberemos consultar para la obtenciòn de los mismos y herramientas que nos facilitarán la tarea de calcular. En principio deberemos contar con un libro de efemérides planetarias astrológicas. Las mismas brindan las posiciones de los planetas día por día, calculadas para la hora 0 en el meridiano de Greenwich, además de la hora sideral a las 0 hora de tiempo solar de cada día.


Necesitaremos también, contar con un libro de Tablas de Casas, eligiendo entre todos los sistemas de casas que existen el que consideremos más adecuado a nuestras necesidades, con el que obtendremos las posiciones del Ascendente, el Medio Cielo y el resto de las casas astrológicas. En este caso utilizaremos tablas calculadas bajo el Sistema Topocéntrico para el hemisferio Sur, teniendo en cuenta que la carta de ejemplo que realizaremos es para un nacimiento en este hemisferio.

Antes de la aparición de la calculadora científica, las cartas natales se realizaban con el auxilio de tablas de logaritmos, las que facilitaban notablemente los cálculos para la obtención de las posiciones planetarias. Estas tablas eran como verdaderas computadoras, y sin su utilización la realización de una carta natal se nos habría hecho mucho más dificultosa. Conocí astrólogos que realizaban sus cálculos mediante la utilización de una “regla de cálculo”, aquella que era de uso corriente por los ingenieros y arquitectos de épocas pasadas. En este caso recurriremos al auxilio de una calculadora científica con capacidad de trabajar con el sistema sexagesimal para la realización de nuestros cálculos.

 

Para quienes deseen realizar estos cálculos, tanto en forma circunstancial, cómo hacer de ello una práctica habitual, no es necesario que tengan que correr a comprar estos elementos, ya que prácticamente todos ellos se pueden obtener en forma gratuita bajandolos desde distintos sitios de internet,  no solo los libros de efemérides y de tablas de casas sino también un emulador de calculadora virtual científica pudiendo elegir entre muchos modelos diferentes, tanto para se utilizada en una PC tradicional como en cualquier aplicación móvil. Y como broche final deberemos disponer de una hoja con un zodíaco en blanco (zodíaco en reposo) para poder dibujar sobre él la carta natal que hayamos calculado. Al final de esta nota dispondrá de todos los links necesarios para poder acceder a todo este material.

 

Los 8 pasos que nos permitirán obtener una carta natal

Para realizar nuestro primer ejemplo, utilizaremos los datos de nacimiento de una persona nacida en la ciudad de Buenos Aires, República Argentina..

  • Fecha de Nacimiento: 5 de Noviembre de 1949

    Hora de Nacimiento: 15 horas

    Ciudad de Nacimiento: Capital Federal (República Argentina)

    Huso Horario de ese día: .+ 3 horas

    Longitud Geográfica: 58° W 26´

    Latitud Geográfica: 34° S  36´

Éste cálculo que terminamos de hacer, que con tiempo y práctica se vuelve repetitivo, nos brinda dos resultados que son clave en la construcción de una carta natal:

  1. En primer lugar el resultado señalado con el número 3, es decir la GMT u Hora Media de Greenwich, conocida también como TU o Tiempo Universal. Con este dato deberemos ir a las efemérides astrológicas de la fecha de nacimiento para calcular la posición de cada uno de los planetas en la carta natal.

  1. El segundo resultado de importancia es el señalado con el número 8, es decir la Hora Sideral en que la persona ha nacido calculada para el exacto lugar en que esto ocurre. Con este dato iremos a las Tablas de Casas que vienen calculadas para la latitud geográfica en que la persona ha nacido, en este caso una tabla calculada para Capital Federal, o sea 34° 36´ de latitud Sur.

Explicaremos a continuación cada uno de los ocho pasos que son necesarios para obtener los datos con los que luego obtendremos la carta natal, y procederemos al cálculo de las cúspides de las casas y de la posición de los planetas.

Tal como explicamos al principio trabajaremos con el sistema de numeración sexagesimal y lo importante es saber que además de trabajar con medidas de arco, nuestro cálculo fundamental se basará en el manejo del tiempo, trabajando con dos sistemas temporales diferentes: el solar y el sidéreo. Al realizar este cálculo siempre partimos de un tiempo  de origen solar, para obtener un tiempo sideral. Explicaremos también, las características y diferencias entre cada uno de estos dos conceptos.

 

 

1) Hora oficial de nacimiento: Este es el punto de partida de toda carta natal. Se trata de la hora oficial de nacimiento, es decir, la hora que marca el reloj cuando la persona acaba de nacer. Por lo general este dato es consignado en los registros del hospital o sanatorio donde una persona nació. Es obligación de los médicos que intervienen, consignar este dato por motivos legales. Cuando el recién nacido es inscripto luego en el registro civil, se lo inscribe también con este dato, el que habitualmente figura en la partida de nacimiento.

Un párrafo aparte merece la discusión sobre cuál es la hora de nacimiento correcta: si el momento en que una persona nace, es decir cuando sale del vientre materno pero aún queda vinculado mediante el cordón umbilical, o si corresponde consignar el momento en que le cortan el cordón umbilical, lo que desvincula al recién nacido de la circulación sanguínea de su madre y lo torna independiente, o si finalmente tomamos el momento en que llora o grita por primera vez que corresponde al instante en que por primera vez el niño respira, llenando sus pulmones de aire e incorporando esa energía vital en su organismo. Salvo que uno tenga la oportunidad de cronometrar al segundo el nacimiento de sus hijos (posibilidad que sí he tenido) ningún niño es inscripto por los profesionales médicos con tanta precisión consignando a lo sumo los valores de hora y minuto, y muchas veces este último valor en forma aproximada. Por lo cual siempre es necesario asegurarse de que este es un dato correcto, apelando a la consulta de los padres o a los oficios de algún pariente memorioso que pueda brindar algún detalle sobre ese momento, y en caso de plantearse dudas de importancia recurrir a técnicas de rectificación de la hora de nacimiento basadas en el análisis astrológico de distintos acontecimientos que la persona haya tenido en el transcurso de su vida.

Es importante saber que nuestra hora de reloj parte de un concepto astronómico básico que es el movimiento de rotación de la tierra, el cual se realiza en torno a su propio eje. La unidad de tiempo natural es el día, y el mismo corresponde al paso consecutivo, por dos veces, de un meridiano frente al Sol. Esa unidad de tiempo, ese día, se divide “arbitrariamente” en 24 partes iguales a las que denominamos hora. Hago hincapié en el término “arbitrariamente” debido a que la hora es una medida que parte de una convención y no de un movimiento cíclico real, como en el caso del día. Se podría haber dividido el día en 48 horas, 12 horas, 17 horas o de cualquier otra manera que se haya querido, eligiendo la división en 24 partes iguales a las que luego se denominaron horas. De la misma manera, cada hora se dividió en 60 minutos de tiempo, y cada minuto en 60 segundos.


2) Huso Horario: La aplicación de los husos horarios está intrínsecamente asociada al desarrollo de la historia de la hora oficial en la República Argentina.

Este es un dato de suma importancia y que debe ser chequeado perfectamente en el momento de realizar una carta natal, ya que es la fuente de la mayor cantidad de errores que se producen en el momento de construir una carta natal debido a su uso equivocado. Un error de una hora en más o en menos en el valor del huso horario desconfigura totalmente nuestro carta natal.

Como las efemérides en las que se consignan las posiciones de todos los planetas en el zodíaco vienen calculadas exactamente para las 0 hs. del Meridiano de Greenwich, para conocer nuestras posiciones planetarias debemos conocer qué hora era en Greenwich al momento de nuestro nacimiento. Conociendo este valor aplicamos una corrección sobre los valores de las posiciones planetarias consignadas en las efemérides de nuestro día, mes y año de nacimiento. Algunas efemérides, algo más antiguas que las actuales, consignaban sus posiciones planetarias no a las 0 horas, sino a las 12 del mediodía de Greenwich, pero en la actualidad todas han adoptado con uniformidad la hora 0 como parámetro de sus cálculos.

Por una cuestión de ordenamento y uniformidad, el mundo dividió a su esfera terrestre en 24 sectores de 15° de arco cada uno, a los que denominó husos horarios. Cada sector de 15° de arco es equivalente a 1 hora de tiempo. De allí que 24 horas multiplicadas por los 15° nos da como resultado los 360° de la esfera. En función de este ordenamiento, cada país eligió uno de estos husos (por lo general correspondiente al meridiano que pasa por su territorio nacional) y estableció que cuando el Sol, en su movimiento aparente de traslación alrededor de la Tierra llegara a ese meridiano, ese instante se convertía en el medio día para todo el territorio del país por igual. Este criterio marcaba una diferencia con lo que ocurría antes de de la adopción de los husos horarios como regentes de la hora nacional, ya que al no haber teléfonos, telégrafos y ningún tipo de comunicaciones que hiciera pensar en la necesidad de tener una hora coordinada entre distintos puntos alejados de un país, cada ciudad, cada pueblo, cada localidad tenía su propia “hora local” basada en la elección del paso aparente del Sol sobre el meridiano de ese lugar como indicativo de la llegada del medio día, contando a partir de ese momento el resto de las horas para esa localidad. De esta forma, cada pueblo tendría una hora diferente.

La historia de la hora oficial en la República Argentina comienza a las 0 horas del 25 de noviembre de 1894, bajo la presidencia de Luis Sáenz Peña. A partir de ese momento, todo el territorio nacional tiene exactamente la misma hora. Antes de esa fecha, prevalecía la hora local, es decir, que cada lugar tenía su propia hora a partir del mediodía, que era establecido por el paso aparente del Sol por el meridiano del lugar. Hubo un intento previo de establecer una hora oficial, pero acotado a la provincia de Buenos Aires a partir del 12 de marzo de 1859 tras la firma de un decreto de quién era su gobernador, el General Bartolomé Mitre, estableciendo que “todos los relojes públicos y de las oficinas del Estado debían arreglarse de acuerdo con la hora tomada en el taller de relojería de los señores ADOLFO JAEGGLI e ISIDORO DIAVET, que quedaba en la calle Perú número 3. Esa primera hora oficial fue obtenida teniendo en cuenta el meridiano de la ciudad, y Jaeggli y Diavet realizaron sus mediciones en el observatorio que tenían instalado en la torre de la Basílica de Nuestra Señora de la Merced, y el expediente firmado por Mitre fue encontrado entre los objetos que pertenecieron al último propietario de la relojería. El observatorio dejó de funcionar en 1894, dando así inicio a la hora oficial para todo el territorio nacional y no acotado a un solo lugar.

El sistema internacional de husos horarios se establece en el mundo en el año 1884, tras la firma de un convenio entre 25 países, con el objeto de establecer uniformidad y ordenamiento en los horarios del mundo. Argentina se suma a esta convención internacional 10 años después de su creación.

En ese momento se establece para todo el territorio nacional la elección como meridiano de referencia al que pasa exactamente por la ciudad de Córdoba, de 64° 11´ de longitud Oeste. Son dos las razones que llevan a establecer ese meridiano como referencia horaria. Una de ellas es que se encuentra en el centro del país, y pese a que nuestro territorio desde el punto de vista geográfico abarca más de dos husos horarios, el hecho de que se tome la llegada del Sol a ese lugar no perjudica demasiado a localidades cordilleranas y a localidades sobre la costa atlántica con mediciones para obtener una uniforme “hora oficial” mantengan un importante desfasaje en relación a la verdadera “hora local u hora astronómica”.  La segunda razón que llevó a la utilización de este meridiano fue la existencia en la ciudad de Córdoba de un importante observatorio astronómico que podía fijar con total precisión el paso del Sol sobre su meridiano.

Pese a estas dos ventajas, existía una importante desventaja a tener en cuenta al implementar este meridiano como referencia para la hora en la Argentina. La longitud de 64°11´Oeste tiene una diferencia en tiempo, con el meridiano de Greenwich de 4 hs. 16 m. 44 s., por lo que cada vez que se hacía alguna conversión para saber qué hora era en Greenwich, o en algún país Europeo había que sumar además de las horas, esos molestos 16 m. 44 s.que hacían algo más complejos los cálculos, por lo que recién el 1 de mayo de 1920, 26 años después, la República Argentina adopta para su hora oficial el meridiano de 60° Oeste, estableciendo así una diferencia de 4 horas con el meridiano patrón, es decir el meridiano de 0° que pasa por el observatorio situado en la localidad Inglesa de Greenwich.

Bastaba con sumar 4 horas a la hora oficial para saber qué hora era en Greenwich y desde allí conocer la hora oficial de cualquier país a partir del huso horario que el mismo hubiese adoptado.

Pero a los fines astrológicos, y teniendo en cuenta que las efemérides astrológicas actuales consignan las posiciones de los planetas a la 0 hs. del meridiano de Greenwich, esta definición me indicaba que a partir del 1 de mayo de 1920, solo tenía que sumar 4 horas para obtener la hora del meridiano de origen o meridiano patrón, también conocida como GMT (Greenwich Meridian Time) o TU (Tiempo Universal), para poder calcular con ella las posiciones exactas de todos los planetas que luego dibujaré en mi carta natal. Abandonaba así las 4 hs. 16 m. 44 s. que son necesarios sumar para erigir la carta natal de cualquier nacimiento producido en la Argentina entre 1894 y 1920. Antes de 1894 Argentina se regía por la hora local de cada lugar o punto del país, por lo que sí tenemos que levantar un tema natal para un lugar determinado del país, tendremos que sumar a la hora local, la longitud geográfica de dicha localidad transformada en su equivalente en tiempo. Un ejemplo típico es la carta natal de la Repùblica Argentina, nacida el 9 de julio de 1816, en la ciudad de San Miguel de Tucumán a las 12 hs 04 m. del medio día, según constan en el acta de declaración de la Independencia. Esa era una hora local correspondiente a la ciudad de San Miguel de Tucumán, por lo que para calcular una carta natal trabajando con efemérides calculadas para 1816 tendremos que sumarle a esa hora local, la longitud de San Miguel de Tucumán transformada en tiempo: A las 12 hs. 04 m. correspondientes a la hora local, le sumamos 4 hs. 20 m. 48 s. (arco horario equivalente a la longitud de esa ciudad, 65° 12´ Oeste) con lo que obtenemos una GMT de 16 hs. 24 m. 48 s. que nos permitirá, junto a las efemérides, calcular las posiciones de los planetas, y continuar nuestro cálculo hasta la obtención de la hora sideral que nos permita luego obtener las posiciones de las cúspides de las casas.

Los países que se encuentran hacia el Oeste del meridiano de Greenwich obtendrán la GMT sumando el huso horario vigente al momento de realizar la carta natal a la hora oficial u hora de reloj, mientras que los países ubicados al Este del meridiano de origen obtendrán la GMT restando el huso horario vigente al momento del nacimiento de la hora oficial o de reloj de esa fecha y hora de nacimiento.

Pero la historia de los husos horarios no termina aquí. En forma posterior a la adopción de un meridiano patrón como regente de un determinado huso horario para establecer la hora oficial de todo un país, surgieron posteriormente necesidades de otro tipo, coincidentes con un mundo que progresa y requiere cada año que pasa, mayores cantidades de energía para su funcionamiento, y esto llevó a pensar que una de las formas para lograr ahorrar una gran parte de la energía que consumimos consiste en sumar o restar una hora más en el huso horario que hemos adoptado con la finalidad de lograr un mejor aprovechamiento de la luz solar para la realización de nuestras actividades cotidianas. Es así como la mayoría de los países, en determinadas épocas del año adelantan o atrasan en 1 hora su huso horario, según sea su posición al Oeste o al Este del meridiano de Greenwich, es decir adoptando un meridiano de referencia distinto al original, que les permite aprovechar desde más temprano la luz solar, para unos meses más tarde volver, otra vez, a la regencia del meridiano original. Esto es lo que llamamos hora de verano.

Hay que considerar, como efecto no deseado, que en el caso del meridiano de 60 grados, este sí pasa por el territorio de la República Argentina, pero cuando se adelanta la hora una vez y se adopta el meridiano de 45 grados, y este no pasa por territorio argentino, sino que lo hace por Brasil y Uruguay, mientras que en el caso del meridiano de 30 grados pasa por la mitad del atlántico; por lo que cuando el Sol se encuentra sobre este último meridiano situado en la mitad del atlántico, es el medio día para todo el territorio nacional, aunque astronómicamente no lo veamos y se de en zonas cordilleranas que a las 12 del mediodía de reloj, recién está amaneciendo, y como contrapartida sean las 11 de la noche y recién comience a ocultarse el Sol.

Este valor de adelantar o atrasar la hora en función de la definición de la hora de verano debe ser chequeado con rigurosidad, porque la mayoría de los países han realizado cambios todos los años, y en el caso de la República Argentina, hubo épocas en las que se estableció una doble hora de verano, es decir quitando no una hora, sino dos al huso horario vigente. Existieron también en nuestro país diferentes momentos en los que, debido a lo extenso de nuestro territorio en cuanto su longitud geográfica, las provincias quisieron diferenciarse de la Capital Federal, adoptando ellas su propio huso horario. Es decir que tuvimos momentos en que podían convivir horas distintas en nuestro país según la localidad o provincia en la que estemos situados. Un error en la consideración del huso horario (uno de los errores más frecuentes) nos haría obtener cartas desfasadas en más de 15 grados de arco en la posición de las cúspides de las casas y hasta de un signo entero en los casos en que nos regimos por un doble huso horario. Es decir, que la Argentina se rigió desde 1920 por el huso horario de 60 grados (4 horas) que pasa por el centro del país, y adoptó el meridiano de 45 grados (3 horas) en momentos en que se consideró necesario ahorrar energía eléctrica , y recurrió a la elección del meridiano de 30 grados  (2 horas) cuando esta necesidad fue más apremiante.

También los husos horarios adoptados por los distintos programas de computación deben ser estrictamente chequeados, ya que los mismos vienen en bases de datos que no siempre son correctamente chequeadas, no solo en lo que hace a la República Argentina, sino a los miles de cambios de hora que se dan en todos los países del mundo, y hay que tener en cuenta también que en caso de actualizarse estas bases de datos, lo hacen poniendo como límite la fecha de publicación del software, por lo que si estamos utilizando versiones antiguas de programas de computación que no han sido actualizadas, sus bases de datos vienen con los cambios horarios correctos solo hasta el momento en que adquirimos el programa. Después de esa fecha, ese valor deberá ser siempre confrontado con nuestros registros personales.

3) GMT o TU: Este valor, de Hora media de Greenwich o de Tiempo Universal (tal como nos hemos acostumbrado a escuchar en cientos de películas bélicas o de aventuras) es el que nos va a permitir obtener las posiciones planetarias de la carta natal que estamos calculando mediante la utilización de las efemérides astrológicas. Obtener la GMT es sumamente sencillo. Basta con sumar o restar el huso horario a la hora oficial de nacimiento para poder contar con ella. Si la carta que queremos calcular se encuentra al Oeste de Greenwich, como en el caso de la Argentina, sumamos el huso horario. Para lugares situados al Este, debemos restar el huso horario.

El valor así obtenido es la GMT (Greenwich Meridian Time) o TU (Tiempo Universal.

A partir de este momento deberemos contar con las efemérides para el día, mes y año de nacimiento de aquella persona de quién queremos calcular su carta natal.

En este caso recurriremos a la versión gratuita de las efemérides astrológicas correspondientes al año de nacimiento de la carta natal a calcular, que son publicadas por el sitio web www.astro.com y del que todo astrólogo puede obtener una copia con solo acceder al sitio.

Las efemérides provistas por el sitio mencionado nos brindan, día por día, las posiciones de los planetas en su signo zodiacal y en su grado y minuto de arco. Además de la posición del Sol con grado, minuto y segundo de arco, valor que deberemos conservar siempre para poder calcular después las Revoluciones Solares.

Siempre tendremos que tener en cuenta, que las posiciones que consignan las efemérides astrológicas corresponden a las  posiciones eclípticas de todos los planetas, día a día,  cuando en el meridiano de Greenwich son exactamente las 0 horas de tiempo Solar, es decir cuando el Sol se ubica para ese lugar exactamente en el meridiano inferior, o astrológicamente hablando en la cúspide del Fondo del Cielo. Esto es así porque es necesario tener un momento de corte y referencia ante la imposibilidad práctica de calcular un libro de efemérides que consigne las posiciones planetarias para cada lugar de la Tierra y para cada horario diferente.

En nuestro caso de estudio, la construcción de la carta natal de nuestro personaje, hemos establecido como GMT las 18 horas de Tiempo Solar. Es decir, que él nació en la Argentina a las 15 horas, a la que luego sumamos 3 horas correspondientes al huso horario que regía en la Argentina en ese momento (Meridiano de 45°) y obtenemos así el valor de 18 horas GMT.

Con este valor, y con las efemérides de noviembre de 1949, calcularemos la posición exacta de cada uno de los planetas.

Si observamos cuales son los datos que traen expuestos las efemérides astrológicas, vemos que la primera columna consigna el día del mes. Es justamente para ese día, cuando comienza, es decir a las 0 hs. que están calculados el resto de los valores que consignan todas las columnas siguientes.

El valor expuesto en la segunda columna, “SID. T.”,  consigna la Hora Sideral en Greenwich para ese momento, es decir para las 0 hs. de Tiempo Solar. Este valor no es importante en este momento, ya que no afecta al cálculo de los planetas, pero lo reservaremos para cuando a partir del próximo punto comencemos a explicar cómo se llega al resultado final de la Hora Sideral para la obtención de las cúspides de las casas astrológicas.

Con respecto a las columnas siguientes, las mismas exponen las posiciones del Sol, de la Luna, del resto de los planetas de nuestro Sistema Solar, de los Nodos Lunares, de Quirón, y según la versión de las efemérides, también la posición de Lilith o Luna Negra y hasta de algún otro punto astrológico de importancia.

Es aquí donde deberemos realizar un pequeño cálculo, mecánico y repetitivo, para cada uno de los planetas y así encontrar su verdadera posición en el zodíaco. Habíamos señalado que las efemérides consignan las posiciones planetarias para cada día a las 0 hora de Tiempo Solar en el meridiano de Greenwich. En base a esto, las posiciones marcadas en el renglón del día 5, representan todas las longitudes zodiacales planetarias al comienzo de ese día, mientras que el renglón siguiente, es decir, el que corresponde al día 6, representa las longitudes zodiacales de los planetas a las 0 horas del día siguiente, es decir, 24 horas después. Para decirlo de otro modo, observamos entre el día 5 y el día 6, el movimiento de cada planeta en el transcurso de 24 horas. Teniendo en cuenta, que la carta que queremos levantar requiere las posiciones de los planetas a las 18 hs. GMT, obtendremos la posición exacta de cada uno de ellos mediante un simple cálculo de regla de tres simple.

El resultado que surja de la aplicación de la fórmula anterior, para cada uno de los planetas, deberá sumarse (o restarse en caso de que el planeta tenga movimiento retrógrado) a la posición original que figura en efemérides el día de nacimiento, a las 0 hs. Haremos este cálculo con cada uno de los planetas, Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte; y en el caso del resto de los planetas cuyo paso en 24 horas es sumamente menor, podremos ajustarlos casi mentalmente, ya que en los casos de los planetas lentos muchos de ellos en 24 horas se mueven unos pocos minutos de arco.

En los gráficos siguientes hemos dividido en dos a las efemérides para una mejor visualización, y pusimos el resultado de la resta entre las posiciones a las 0 horas del día 6 con las posiciones a las 0 horas del día 5 (es decir el paso del planeta en 24 horas) en color turquesa.

Una vez obtenidos los resultados de todas las restas, deberemos aplicar la fórmula de tres simple mencionada anteriormente y sumar (o restar en caso de planetas retrógrados), el resultado así obtenido, a la posición del planeta el día 5 de noviembre a las 0 hs. El resultado final será la posición eclíptica de cada planeta que deberemos consignar en el dibujo de nuestra carta natal.

Reducimos entonces la fórmula, resolviendo la división de 18 horas sobre 24 horas lo que nos da la constante 0.75 que multiplicaremos por cada uno de los pasos de los planetas que obtuvimos tras las restas de las dos posiciones planetarias consignadas en las efemérides (señaladas en color turquesa)

Procedemos luego al cálculo de cada uno de los pasos en el término de 18 horas, y sumamos el resultado a la posición original del planeta el día 5 de noviembre, o la restamos en caso de que el planeta en cuestión sea retrógrado.

Hasta aquí los cálculos de los planetas, desde el Sol hasta Marte, realizados con precisión. Para calcular el resto de las posiciones a partir de Júpiter, el movimiento que realizan en 24 horas es tan pequeño (alrededor de los 5 minutos de arco) que podemos calcular la proporción de su movimiento en 18 horas en forma mental sin ningún tipo de inconveniente, o directamente copiar la posición  de la posición más cercana a la GMT de nacimiento calculada. Tomaremos nota de todas  las posiciones de los planetas y las reservaremos para cuando llegue el momento de dibujar la carta natal.

4) Hora Sideral de Efemérides: Continuamos ahora con el cálculo iniciado pasos atrás y sumamos a la GMT obtenida en el punto 3, y que nos permitió calcular la posición de los planetas, la Hora Sideral que figura en las efemérides a las 0 hora de Tiempo Solar del día 5 de noviembre de 1949.

Es aquí, justo en este punto, donde debemos explicar que el concepto de tiempo con el que habitualmente nos manejamos, y que se refleja en nuestra recurrente costumbre de mirar en forma permanente el reloj, no es la única manera que existe de medir el tiempo, y que hay otras formas con diferencias notables con respecto a ese tiempo solar qué tenemos tan arraigado.

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Es de hacer notar que las efemérides consignan día a día, la hora sideral para el meridiano de Greenwich, cuando son exactamente las 0 horas de tiempo solar. Es decir que asumimos que en principio tenemos dos tiempos que conviven en un mismo sistema: el tiempo solar, que consiste en la divisón del día, o paso consecutivo de un meridiano terrestre frente al sol, en 24 partes iguales a las que llamamos horas; y el tiempo sideral, que consiste en el paso de ese mismo meridiano, no ya frente al Sol, sino frente a una estrella cualquiera. Es decir que el Tiempo Solar toma como referencia al Sol, mientras el tiempo Sideral toma como referencia a una estrella.

La Tierra gira sobre su propio eje, pero cambia la referencia con la cual medimos el paso del meridiano. La Tierra, además de tener un movimiento de rotación sobre su propio eje, tiene un movimiento de traslación alrededor del Sol. Esto causa el efecto de que cuando el meridiano de tiempo sideral llega a posicionarse por segunda vez frente a la estrella de referencia concluyendo en ese momento un día sideral, aún falta completar una parte más de giro, para que ese mismo meridiano se posicione nuevamente frente al Sol y logre completar el día solar. Esa diferencia, esa demora es de 3 m 57 s por día, y a lo largo de los 365 días del año acumula exactamente 24 horas. Podemos percibir ese movimiento y ese desfasaje, al leer en las efemérides que el tiempo sideral se incrementa día a día en exactamente 3 m 57 s.  Por lo que pese a que el día Sideral también está dividido en 24 horas, cada una de ellas dividida en 60 minutos y cada minuto en 60 segundos; esas horas, esos minutos y esos segundos de tiempo sideral son de menor duración que las mismas referencias de tiempo solar.

Lo importante de este cálculo es que partimos de Tiempo Solar, con el cual calculamos las posiciones planetarias, pero el resultado final será en Tiempo Sideral, y nos permitirá encontrar las posiciones de las cúspides de casas.

 

 

El meridiano de un determinado lugar, sobre todo el que pasa sobre nuestras cabezas, se constituye en la aguja de un enorme reloj de tiempo sidéreo cuyo cuadrante circular es de 24 horas siderales, que se cuentan a partir del 0° de Aries o punto Vernal, proyectándose sobre el Ecuador Celeste. Hablar de hora sideral es lo mismo que hacerlo de Ascensión Recta. Las medidas sobre el ecuador celeste se miden en Ascensión Recta o, su  equivalente, en tiempo sideral. El poder determinar la hora sideral sobre la que se proyecta un meridiano nos dice con exactitud qué grado de arco de ecuador celeste se encuentra en ese momento sobre ese meridiano, medido en ascensión recta desde el punto vernal. Al tener ese valor de arco ecuatorial, también tenemos su equivalente eclíptico o zodiacal, y a partir de ese dato sabremos exactamente donde está situado todo el zodíaco en referencia al meridiano mencionado.


5) Corrección Aditiva: Llegados a este punto del cálculo, el valor que aquí consignamos es el que nos permitirá definir que el resultado final a obtener se exprese en “tiempo sideral” y no en el “tiempo solar” del cual hemos partido. No podemos sumar tiempo solar con tiempo sideral sin aplicar una corrección por ese desfasaje que presenta uno con respecto al otro, de 3 m. 57 s. por cada 24 horas, tal como fue explicado en el punto anterior.

La corrección aditiva, se calcula en base a la GMT, y ese valor nunca podrá ser superior a 3 m. 57 s., ya que la GMT nunca será superior a 24 horas. Por lo que la corrección a aplicar será proporcional a la GMT consignada en el cálculo.

Una forma rápida de calcularla, es suma 10 segundos de tiempo por cada hora de GMT. Esta es una manera aproximada, pero válida en la medida en que habitualmente trabajamos con horas cercanas al nacimiento y muy pocas veces con la hora exacta, por lo que no tendría mucho sentido buscar exactitud en esta parte del cálculo, cuando en la práctica partimos de una hora de nacimiento que no es del todo exacta.

Si queremos aplicar su valor exacto, deberemos adicionar 9.856 segundos (casi 10) por cada hora de GMT. Este valor surge de dividir los 3 m. 57 s. por 24 horas.

En el caso del ejemplo, donde la GMT es de 18 horas, multiplicamos este valor por los 9.856 segundos, y nos da por resultado 2 m. 57 s. que deberemos agregar al cálculo para que el resultado final ya quede expresado en “tiempo sideral”.

 

6) Hora Sideral en Greenwich al momento de nacer: Aquí ya hemos obtenido la hora sideral. Pero no en el lugar de nacimiento, sino en Greenwich, que es el sitio para el cual se calculan las efemérides, es decir, que aún es un resultado parcial. Ese valor nos dice que esa hora sideral es la que había en Greenwich al momento en que nuestro personaje estaba naciendo en Argentina. Con ese valor podríamos saber cuál era el Medio Cielo en Greenwich, o calcular su equivalente en Ascensión Recta del Medio Cielo (ARMC), a saber: 20 hs. 58 m. 31 s. de Tiempo Sideral equivalen a una AR de 314°37´45´´ .

7) Longitud de Capital Federal transformada en tiempo: así como para realizar el cálculo, en el punto 2 tuvimos que “sumar” 3 horas, correspondientes al huso horario, para situarnos en el meridiano de Greenwich y hacer el càlculo para ese lugar, es momento de regresar al lugar de nacimiento utilizando la  Hora Sideral obtenida en el punto 6, para que nos de como resultado la Hora Sideral para Capital Federal, por lo que ahora deberemos “restar”. Pero no son 3 horas, las que vamos a restar. Esto serìa un error. Ya que si así lo hiciéramos, no volveríamos al lugar exacto de nacimiento, sino nuevamente al lugar del meridiano de 45°, que es el que regía en ese momento la hora oficial para todo el territorio de la República Argentina. Lo que ahora debemos restar es exactamente la longitud del lugar de nacimiento, es decir la longitud de Capital Federal, en su equivalente en tiempo.

Recordemos que 1° de arco es igual a 4 minutos de tiempo. Por lo que si la longitud de Capital Federal es de 58° 26´W,  y multiplicamos este valor por 4 minutos de tiempo, obtendremos como resultado 3 hs. 53 m. 44 s, que no es otra cosa que el mismo valor de longitud geográfica pero en su equivalente en tiempo, que restamos a nuestro cálculo, para sí obtener nuestro resultado final.

8) Hora Sideral en Capital Federal al momento de nacer: hemos llegado, en ese punto, al resultado final de nuestro cálculo, el cual utilizaremos para obtener las cúspides de las casas astrológicas, utilizando una Tabla de Casas calculada para el hemisferio Sur.

 

HORA SIDERAL en CAPITAL FEDERAL
17 hs. 04 m. 47 s.

 

Con este resultado, vamos ahora a nuestro otro libro de referencia, “Tablas de Casas calculadas para el Hemisferio Sur”. Dentro de ellas buscamos las tablas que corresponden a la latitud de nacimiento de la persona a la que le calculamos su carta natal, es decir las que corresponden a Capital Federal con una latitud Sur de 34° 36´.

Ya dentro de estas tablas, buscamos en la primera columna la hora sideral que hemos obtenido, es decir 17 hs. 04 m. 47 s., o en su defecto la hora sideral más cercana. Vemos que estas tablas consignas la Hora Sideral cada 4 minutos de tiempo, o lo que es equivalente a 1° de Ascensión Recta. En nuestro ejemplo la hora que hemos calculado se encuentra entre las 17:04 y las 17:08. En este caso, siendo la diferencia con respecto a la hora de cálculo tan pequeña, podemos tomar la posición de las cúspides de cada casa copiando las mismas desde el renglón señalado con 17:04, ya que la diferencia de 47 segundos, para una carta que no está rectificada es mínima y no afectará el resultado final.

 

Ahora bien, si queremos precisión y no nos interesa buscar un resultado aproximado, deberemos realizar la interpolación de cada cúspide entre los valores correspondientes a la hora 17:04 y 17:08, mediante el cálculo a través de una regla de tres simple, similar a la que hemos utilizado en el cálculo de las posiciones de los planetas.

En este caso, sacaremos la diferencia entre cúspide y cúspide, ese paso lo multiplicaremos por los 47 segundos que exceden a la posición más chica, y al resultado lo dividimos por 4 minutos. Ese nuevo resultado lo sumamos a la posición de cada cúspide que consigna el renglón señalado con la hora 17:04

Cúspide exacta = Diferencia entre cúspides x 47 segundos   +  posición cúspide a las 17:04

                                                  4 minutos

 

MC   = ((18°02.5´ sag – 17°06.9´ sag) x 47 s. / 4m) + 17°06.9´ sag = 17° 18´ sag

XI     = ((20°36.8´ cap – 19°42.6´ cap) x 47 s. / 4m) + 19°42.6´ cap = 19° 53´ cap

XII    = ((21°23.3´ acu – 20°30.5´ acu) x 47 s. / 4m) + 20°30.5´ acu = 20° 41´ acu

ASC = ((19°06.1´  pis  – 18°15.9´ pis) x 47 s. / 4m) + 18°15.9´ pis  = 18° 26´ pis

II       = ((15°24.9´ ari   – 14°30.7´ ari) x 47 s. / 4m)  + 14°30.7´ ari  = 14° 41´ ari

III      = ((15°33.6´ tau  – 14°37.5´ tau) x 47 s. / 4m) + 14°37.5´ tau = 14° 48´ tau

Estas tablas, consignan además la posición del Vértex, por lo que podemos realizar su cálculo como si se tratara de una cúspide más:

VTX  = ((24°39.2´ leo – 22°20.2´ leo) x 47 s. / 4m) + 22°20.2´ cap = 22° 47´ leo

Hasta aquí el cálculo final de la carta natal. Con estos valores, más los obtenidos al calcular los planetas, podemos disponernos entonces a realizar el dibujo de nuestro mapa astrológico.

Exponemos también la carta natal calculada con el software Meridian, para que se pueda observar como hemos arribado en forma manual a los mismos resultados.

 

Referencias y Bibliografía:

 

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