El Método Jonas acerca de la concepción humana

                  Poco a poco, la humanidad está comprendiendo que el conocimiento astrológico, fundamentalmente aquel que se hereda desde el comienzo de los tiempos, a través de mitos, creencias, y realidades comprobadas, presenta una verdad contundente a la hora en que es necesario aplicarlo a los problemas cotidianos de los seres humanos, a sus necesidades y a la solución de sus anhelos. Es así como la ciencia médica recurre a aquellas técnicas que la astrología utiliza desde hace milenios, para paliar algunas de las necesidades mas acuciantes de la humanidad. Cuando ciencia ortodoxa y astrología se dan la mano para lograr un objetivo común, de ninguna manera podemos decir que se trata de algo novedoso y que debería sorprendernos, ya que este encuentro solo es una reconciliación, postergada por cientos de años, pero vigente desde los inicios de la misma astrología. En la antigüedad, astrología y medicina eran una sola disciplina, volcada al servicio de los hombres para paliar su sufrimiento. La medicina buscaba a través de la posición de los planetas el mejor momento para realizar una determinada intervención. Es así como aún se mantiene la tradición de no realizar una operación sobre el órgano regido por el signo por el que la luna está pasando en ese momento, para no producir hemorragias o complicaciones. Muchos médicos tienen en cuenta este paso lunar, aunque públicamente no lo reconozcan.

 

          La Luna, está tradicionalmente asociada a los distintos ciclos humanos, a través de su movimiento mensual y sus diferentes posiciones. A nadie escapa la regencia lunar sobre los ciclos femeninos, fundamentalmente el ciclo menstrual que coincide, exactamente, con la duración de la órbita de la luna alrededor de la tierra (28 días). Nadie discute la influencia lunar sobre las mareas y sobre algunas especies que dependen de las fluctuaciones ocurridas en los ríos y en los mares, y que dependen, fundamentalmente, de estas mareas.

          Médicos, ingenieros, físicos de todo el mundo, vuelcan sus esfuerzos para encontrar una explicación cósmica a hechos de la vida física que resultan inexplicables. Se conoce la relación de la luna con asuntos agrícolas, botánicos, zoológicos y meteorológicos, pero siempre se duda cuando se trata de los seres humanos.

          El satélite de la tierra tiene que ver, también, con las funciones reproductoras humanas, y quien esto trató de probar fue el psiquiatra y ginecólogo checoeslovaco Dr. Eugen Jonas.

          El Dr. Jonas afirmaba: ´La viabilidad del embrión y hasta el sexo de los hijos dependen en forma decisiva de la posición de la Luna en el momento de la concepción. Los resultados de la investigación han hecho posible ahora, establecer de antemano los días mas adecuados para la concepción a fin de poder determinar el sexo de la criatura que nazca´.

          El Dr. Jonas era el jefe de Psiquiatría de la Clínica de Estado de la ciudad de Nagysurany en Checoeslovaquia, y su teoría causó un gran revuelo en los círculos científicos de los países, en ese entonces, detrás de la cortina de hierro. Sus trabajos científicos confirmaban así lo que para muchos astrólogos era evidente: la asociación entre los procesos biológicos de la Tierra con los fenómenos cósmicos, fundamentalmente aquellos producidos por la Luna y el Sol.

          Basta preguntar en cualquier hospital para confirmar que la mayor cantidad de partos se produce inmediatamente después de un cambio de Luna. Esto lo saben muy bien enfermeras y parteras, que en muchos casos no dan abasto y deben demorar los partos porque las futuras madres se acumulan en esos días, mientras que en días en que no existe cambio de Luna, todo transcurre con total tranquilidad.

          Cuando se le preguntó al Dr. Jonas sobre porqué un psiquiatra se interesaba en temas de ginecología, expresó: ´No existe una real anomalía. Como psiquiatra observé que ciertas mujeres que poseen sistemas nerviosos sensitivos, manifiestan a veces una actividad sexual poco común, la cual se repite evidentemente a intervalos de 30 días a pesar del período menstrual, y comencé a buscar una explicación. También he estado interesado en el problema de nacimientos de criaturas deformes, anormales o de desarrollo defectuoso, porque en nuestro departamento tratamos con muchas criaturas y de ahí que comencé también a buscar una explicación de estos nacimientos. Todo ello me llevó a mejorar mis conocimientos ginecológicos y al mismo tiempo comencé a leer trabajos de los antiguos autores egipcios e hindúes que tratan de asuntos biológicos, algunos de los cuales se referían a la astrología y al efecto de los cuerpos celestes sobre el mundo de la naturaleza. Encontré que las creencias de los antiguos en muchos casos eran confirmadas por nuevas investigaciones en base a métodos modernos. Ello me condujo a considerar la actividad del sistema nervioso femenino y al problema de la concepción e irregularidades de nacimientos en relación con los efectos posibles de los cuerpos celestes del sistema solar. Yo mismo me pregunté si podía ser verdad acerca de la creencia de algunos médicos-astrónomos de los primeros tiempos, de que una mujer era capaz de concebir solo en ciertas fases de la Luna. Esto me llevó a investigar. Los resultados obtenidos me han dejado sorprendido. Lo notable del descubrimiento es que el sexo del embrión depende de la Luna, y que los planetas del sistema solar pueden realizar la viabilidad de la criatura recién nacida. Al principio consideré a estas cosas como fantásticas y no podía convencerme a mi mismo de su realidad. Sin embargo, mis observaciones en miles de casos me demostraron que cuanto mas casos obstétricos estudiaba, y cuanto mas exactos eran los cálculos astronómicos que hacía, mas demostraban los resultados de la existencia de una hasta aquí desconocida ley de la naturaleza´.

 El Dr. Jonas llega así a tres conclusiones básicas:

1) – Que la capacidad de la mujer madura para concebir, tiende a ocurrir exactamente en aquella fase de la Luna (relación Luna-Sol) que prevalecía cuando ella nació, esto es, exactamente la misma distancia entre ambos astros.

2) – Que el sexo de la criatura depende de si en esta época la Luna se encuentra en un campo positivo o negativo de la eclíptica (es decir en un signo positivo: aries, géminis, leo, libra, sagitario, acuario; o en un signo negativo: tauro, cáncer, virgo, escorpio, capricornio, piscis).

3) – Que la viabilidad del embrión está influenciada en gran parte por las posiciones de ciertos cuerpos celestes en estos momentos.

          Según el Dr. Jonas la época de máxima fertilidad que tiene una mujer durante cada mes sinódico lunar, coincide con el momento en que la Luna alcanza exactamente la misma relación que tenía con el Sol en el momento del nacimiento, existiendo un período anterior de dos días o poco mas cuando el contacto sexual puede conducir a la concepción. Para seguir esta regla se debe hacer caso omiso de la menstruación, y Jonas lo explica con el ejemplo de una persona en la que su período de máxima fertilidad coincidía siempre con el de la menstruación, pero igualmente quedó embarazada, a pesar de que utilizaba este método para evitar la concepción.

          Consultado el científico sobre si existen indicaciones acerca de la naturaleza del mecanismo por el cual la Luna se conecta con la determinación del sexo de la descendencia, expresó: ´Teorías científicamente responsables, establecen de que el sexo de los hijos está determinado por la naturaleza del espermatozoide por el cual el óvulo es fertilizado. En relación a esta función, se dice que ciertos espermatozoides llevan dos cromosomas X, mientras que otros llevan  un cromosoma X y un cromosoma Y. Si el óvulo es fecundado por el cromosoma Y que conduce el esperma, la criatura será masculina y si lo es por la otra clase será femenina. Lo que no se sabe es lo que hace decidir cual será el tipo del esperma. Según el actual punto de vista científico, el estado metabólico del óvulo es el factor que resulta en la atracción de uno u otro de los espermatozoides al óvulo y en este sentido el óvulo femenino elige un compañero de entre innumerables espermatozoides masculinos a su alrededor, de este modo se fija el sexo de la criatura. ¿Por que parece inimaginable que este proceso físico pueda ser influenciado de algún modo por la posición de la Luna, lo cual es también un factor físico?´.

          El Dr. jonas hizo un importante aporte a la Astrología y a la ciencia médica, ya que este método puede ser utilizado, no solo por quienes desean concebir un hijo y no tienen grandes problemas para ello, sino que el método Jonas se convierte en un importante instrumento que puede ser complementario a la realización de cualquier tratamiento médico al respecto. Por supuesto que ante daños orgánicos irreversibles, es difícil que este método pueda ser aplicado, pero cuando no se observan dificultades físicas importantes, y todo pasa tal vez por un escaso índice de fertilidad o problemas para determinar ese momento, este método demuestra toda su eficacia. Debemos recalcar que este método no exime a la persona de realizar los tratamientos médicos correspondientes, sino que debe ser utilizado en forma complementaria, como método para determinar los períodos de máxima fertilidad en la mujer. Finalizaba Jonas sus conceptos con la siguiente frase: ´Pienso que mi teoría podrá ayudar a planificar la familia en varios sentidos. No solo se podrá facilitar con éxito la concepción, sino que también se podrá ayudar a prevenir la concepción por cálculo de los días no-fértiles, en consecuencia se podrá reducir el número de abortos´. Agregaba también la posibilidad de prevenir malformaciones genéticas debido a que había observado que en la mayoría de estos casos, en el momento de la concepción el Sol se encontraba opuesto a alguno de los planetas mayores, por lo que era fácilmente evitable este tipo de concepción, teniendo en cuenta las fechas en que esto ocurriría.

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