El mito de Sísifo representado en la carta de jura de Mauricio Macri

 Por Néstor Echarte

La ciudad de Tandil no pudo sostener su pretensión de constituirse legalmente en la Capital Nacional del Salame, título que recayó, tras una disputa sin precedentes, sobre la ciudad de Mercedes. A pesar de ese no reconocimiento, Tandil cuenta con el galardón de tener el primer monumento del mundo en homenaje al salame, sin contar además que es la cuna del presidente (ya por pocos días) Mauricio Macri, y haber contado también, durante mucho tiempo, con esa maravilla natural que fue la piedra movediza…. pero que, lamentablemente, se cayó del lugar elevado en el cual estaba. 

No voy a caer en la chicana infantil de parodiar alguna relación obvia entre esa maravilla de la gastronomía y alguno de los hijos más conspicuos de la mencionada ciudad, pero no puedo obviar la existencia de algunas relaciones simbólicas entre la piedra movediza de Tandil, su posterior caída, el presidente Mauricio Macri y el mito de Sísifo. Todo esto, por el mismo precio y en un solo análisis que seguramente dará para mucho más.

Albert Camus recrea esta historia, tomada de la mitología griega como ejemplo del hombre absurdo que realiza en forma permanente un esfuerzo enorme e innecesario al subir una piedra de gran peso a lo más alto de la montaña, para luego dejarla caer por la ladera hasta su base, repitiendo eternamente el mismo proceso. En el mito griego, Sísifo sufre ese castigo condenado por los dioses, donde además de llevar a cabo este permanente esfuerzo, es dejado completamente ciego.

Mauricio Macri se subió y creyó en el mito de Sísifo, pero en lugar de ser él quien empujara ese enorme peso, colgó la piedra en el cuello a los Argentinos, y los hizo subir a la montaña, una y otra vez, mientras desde su cómodo lugar de fantasías e irrealidades alentaba en forma permanente tan innecesaria azaña, pretendiendo que era lo mejor que nos podía pasar como pueblo esforzado recreando el mandato funesto de «ganarás el pan con el sudor de tu frente».

A diferencia de Sísifo, finalmente la gente se corrió de ese lugar de esfuerzo innecesario, y al igual que la piedra movediza de Tandil cayó sobre el valle arrasando lo poco que de él quedaba, la poca confianza que algunas personas aún mantenían sobre nuestro presidente también se derrumbaba junto a sus propios sueños y esperanzas, del lugar elevado que la conjunción Saturno/Luna también tenía en el cielo cuando Macri juraba al principio de su gestión,  mientras que ya transcurridos los 4 años de la misma, desde la televisión y bajo los efectos de una ceguera conceptual (al igual que en el mito griego) Mauricio seguía alabando y ensalzando la labor realizada, equiparando su experiencia con la de los estadistas más reconocidos de la historia mundial.

Increíblemente… o, lógicamente, como suele ocurrir bajo el análisis del simbolismo astrológico, ese juego recurrente se ve expresado en la carta astrológica de la jura de Mauricio Macri  como presidente de la Argentina.

 

La conjunción Saturno/Luna (la piedra en el cuello de los argentinos) elevada en el cielo al igual que la piedra movediza de Tandil, recrea el esfuerzo innecesario que, en este caso, recayó sobre la gente. Mientras que la fantasía, la exageración, la creencia ciega en la necesidad de ese esfuerzo está representada por la conducta presidencial de vivir una realidad bajo un cristal que distorsiona su realidad se encuentra claramente representada en ese Neptuno ascendiendo en exacta cuadratura con la conjunción Saturno/Luna. La misma que como dato adicional, se encuentra exactamente sobre la estrella fija Antares, la que desde el simbolismo astrológico se asocia al concepto de ceguera

¿Que otro ingrediente puede faltar?…. Que a diferencia de Sísifo, que permanentemente sube con la piedra para luego volver a dejarla caer, la piedra movediza de Tandil, en la tierra de Macri, terminó estrellada contra el piso… lo mismo que la paciencia de muchos argentinos.

 

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