La música de las esferas – O como convertir la Carta Natal en una partitura musical

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  • Todos poseemos un sonido único que nos identifica y que nos hace diferentes.
  • Todos podemos sanar utilizando los sonidos adecuados sobre nuestro Mapa Astral.
  • Nuestra Carta Natal encierra en sus entrañas nuestro Mantra Único e Individual.
  • Meditar con nuestro Mantra Individual es conectar con el Universo. 

  

 

Pitágoras llamó “Música de las Esferas” al sonido asociado a los planetas en su movimiento a través del sistema solar. Desde antiguo se suponía que cada planeta era el referente de una enorme esfera que rodeaba a la Tierra. De esa manera existían tantas esferas como planetas visibles en el sistema solar

 

Para ello estableció una serie de reglas ligadas a la floreciente física del sonido, que él mismo desarrolla al medir las distintas longitudes de una cuerda, necesarias para producir diferentes sonidos, sentando así, las bases de una primigenia teoría musical fundamentada en la ciencia matemática.

 

 

 

Curioso e inquieto observador de la naturaleza y de las ciencias en general, no tarda mucho tiempo en asociar los movimientos que los planetas describen en el cielo a la producción de diferentes sonidos o notas musicales ligadas, en forma natural, a las distancias de las esferas celestes que rodeaban la tierra en esa concepción cosmogónica, en relación a la Tierra.

 

Distintos autores e investigadores de la astrología fueron recreando, y en algunos casos aportando sus propias investigaciones al respecto. Muchos han partido de una hipótesis no adecuada a la propuesta por Pitágoras, en la medida en que muchos buscaron las proporciones de las distancias planetarias medidas a partir del Sol hasta la órbita de cada planeta en función de la denominada ley de Titius-Bode, mientras que la visión Pitagórica del Universo (como la de la gran mayoría en la antigüedad) concibe al Universo de acuerdo a la percepción desde la Tierra con sus movimientos aparentes y no reales, poniendo a la Tierra, y no al Sol, como centro del mismo. Por lo cual los valores matemáticos así planteados con sus respectivas analogías musicales, difieren de la concepción planteada originalmente por Pitágoras.

 

Ptolomeo hace referencia a la relación existente entre los sonidos y los astros en diferentes partes de su obra, fundamentalmente en el Centiloquio, y también en su obra «Armónicas».

 

Por su parte, el astrólogo francés Dom Neroman en uno de sus trabajos en el que analiza el valor de los heptagramas planetarios para resolver el potencial evolutivo de las personas, también asocia planetas a chacras y a notas musicales, aunque lo hace mediante la utilización de la Cadena Cromática o Atómica, que adjudica a cada planeta notas diferentes a las planteadas originalmente por Pitágoras.

 

En su tratado «El Arte en la Nueva Era» Serge Raynaud de la Ferrière también aborda la temática astrológico-musical con especial interés y erudición. Tampoco podemos dejar de lado las referencias que al respecto se mencionan en la obra fundamental «El Arqueómetro», que entre otras correspondencias (música, colores, arquitectura, alfabetos, matemática, plantas, planetas) cita también a la música. Todos ellos interpretaron que el cielo es un Mandala asociado a un sonido dinámico, en función de los propios movimientos planetarios, y único si se lo aborda desde la Carta Natal, como mandala único e indivisible de cada ser humano, donde la melodía que se obtiene se convierte en el propio Mantra Personal.

 

Este sonido único, esta melodía leída desde las posiciones celestes, refleja aquello que llevamos dentro. Nuestras características más esenciales y nuestra calidad espiritual, y no necesariamente deben sonar bien a nuestro oído, ya que algunos de estos sonidos se presentan como cacofónicos, sin querer significar esta característica una mala predisposición del Universo para con nosotros.

 

Las diferencias en la adjudicación de notas a planetas y signos por parte de los distintos autores que han investigado en profundidad el tema, no invalida sus resultados si respetamos el esquema general propuesto, tal como cada autor lo ha elaborado, sin intentar mezclar o combinar un sistema con otro, lo que, sí, arrojaría resultados totalmente disparatados e inconsistentes.

 

Antecedentes en Argentina:

 

En el año 1981, organizado por Editorial Nous y sus responsables el investigador Francisco Checchi y el investigador, escritor y periodista Gustavo Mario Fernández se desarrolla en la ciudad de Buenos Aires el “Primer Congreso Internacional de Astrología” que con una amplia asistencia y participación de astrólogos de diferentes partes del mundo reúne a expositores de primera línea en la temática astrológica dispuestos a compartir su saber con el colectivo de profesionales y entusiastas que concurrieron a cada una de las charlas y talleres organizados.

Se destaca, entonces, una brillante exposición sobre “El Arqueómetro” a cargo de Ernesto Roca, con una enorme aceptación por parte del público presente y la generación de un taller con el firme compromiso de continuar trabajando e investigando sobre El Arqueómetro y su simbolismo.

 

Es así que luego de dos años de intenso trabajo convocan nuevamente a los astrólogos en un importante hotel de la ciudad de Buenos Aires, donde una orquesta de música filarmónica junto a los astrólogos expositores, brindaron una detallada charla sobre las características de la arqueometría interpretando musicalmente diferentes cartas natales que con el sistema expuesto habían sido volcadas a una partitura musical. Es decir, que literalmente  interpretaban las cartas astrológicas a la manera de partituras musicales.

 

Para qué transformar la Carta Natal en su equivalente musical

 

Es obvio que a cualquier persona le agradaría conocer cuales son los sonidos asociados a su cielo de nacimiento. Por supuesto que quienes creemos y practicamos la astrología podemos encontrar cientos de motivos que nos lleven a indagar en las correspondencias astrológico-musicales. Pero también pueden hacerlo aquellos que, sin tener ninguna relación con la astrología, ven en ello una forma de enriquecimiento cultural, conociendo disciplinas y métodos filosóficos y terapéuticos que cuentan con casi tres mil años de antigüedad.

 

La Carta Natal, además de poder ser estudiada con reglas muy claras de interpretación en base a lo descriptivo de su simbolismo, también es un Mandala. Y como todo Mandala se transforma en un despertador de conciencia para quienes logran con su observación constante y meditativa, acceder a sus mensajes más secretos. Pitágoras afirmaba que tenía la capacidad de “escuchar” en forma directa y natural los sonidos que los planetas realizaban en su desplazamiento por el espacio. Capacidades sólo reservadas a unos pocos elegidos que , como él, pueden intuir un mensaje mucho más profundo y directo proveniente de las mismas entrañas del Universo.

 

Sin embargo para aquellos que además de contar con la intuición, entienden la lógica del zodíaco, la posibilidad de extraer los sonidos que identifican a ese Mandala, a la manera de un Mantra único e individualizado para cada ser humano de este planeta, abre un inmenso bagaje de recursos y posibilidades que abarca desde las actividades netamente meditativas (vinculadas a propósitos de  autoconocimiento, reflexión o contemplación), hasta la utilización del sonido como herramienta de apoyo terapéutico, a la manera de los cientos de terapias auxiliares a la medicina tradicional existentes, pasando por la significativa cantidad de recursos que estos sonidos pueden proveer para corregir, alterar o modificar malos aspectos del mapa natal, a la manera de tránsitos planetarios, revoluciones, progresiones o direcciones, resolviendo así distintas situaciones de la vida cotidiana como lo son el trabajo, los recursos, las relaciones familiares y afectivas y la completa y compleja cantidad de temas que una carta natal abarca a partir de su lectura definitiva y responsable.

 

Quien además posea conocimientos musicales tiene el camino allanado para intentar transitar y descubrir los secretos de este fascinante mundo que hace audibles los misterios de nuestro mundo interior, y permite que las vibraciones del sonido actúen de manera directa sobre los complejos vínculos que signos y planetas inscriben en nuestro mapa zodiacal.

 

Pitágoras en su afán de lograr un sistema que permita acceder a un conocimiento completo establece el Quadrivium (luego tomado por las artes liberales en la Edad Media) que agrupa a distintas disciplinas científicas que tienen una íntima relación con los conceptos de espacio y de tiempo: aritmética, geometría, astronomía y música. La secta de los Pitagóricos aseguraba que la educación era de vital importancia para la «moderación y el dominio de un mismo, de forma que estas artes nos ayudan a imitar el orden y la armonía del universo, modelo de perfección»· Se estudiaba así la aritmética (numerus -«los números»-), geometría (angulus -«los ángulos»-), astronomía (astra -«los astros»-) y música (tonus «los cantos»).

 

Por su parte Platón, seguidor y admirador de la escuela Pitagórica, fue fundador de una escuela de conocimiento llamada «La Academia» en cuyo frontispicio estaba escrito “Nadie entre aquí sin saber matemáticas”, frase que ningún astrólogo o cultor de la astrología debería olvidar para entrar en este maravilloso pero exigente mundo de conocimiento.

 

En el esquema siguiente, a la manera de una simplificación de la representación que hace El Arqueómetro de todas las correspondencias zodiacales, se indica además del vínculo de la astrología con la música, su correspondencia con algunas de las terapias complementarias más tradicionales.

 

 

 

 

 

El simbolismo astrológico asociado al simbolismo musical:

 

La posibilidad de transformar el simbolismo astrológico a símbolos de la música es fundamental para lograr los resultados propuestos en el objetivo de convertir la carta natal en partitura musical.

 

Desde que Pitágoras hace este planteo unos 500 años antes del surgimiento del Cristianismo

numerosos autores e investigadores astrológicos emprendieron la difícil tarea de tabular las correspondencias necesarias a fin de lograr una efectiva traducción.

 

Los signos zodiacales  y los siete planetas tradicionales (todos los visibles a simple vista) más las estrellas fijas fueron los primeros en obtener con facilidad las correspondencias musicales adecuadas y ya generalizadas en la mayoría de los casos, por lo que la elección del sistema más adecuado no presenta demasiadas dificultades para los investigadores.

 

Se observa una mayor dificultad y notables vacíos, en la adecuación de estas correspondencias en relación a la infinidad de sistemas de casas existentes, y en su implementación respecto del cálculo de los aspectos planetarios.

 

Los criterios más aceptados, compartidos por la mayoría de los autores astrológicos en esta materia, respetuosos de las tradiciones esotéricas y de los principios astrológicos fundamentales, son los que a continuación exponemos.

 

 

Cabe mencionar que la representación en el pentagrama del teclado con las notas equivalentes a los signos zodiacales pertenecen, en principio, a la primera octava, aunque dentro de un esquema general coherente, es válido experimentar con diferentes octavas, sobre todo en función de representar con ellas diferentes aspectos astrológicos, o poder diferenciar sonidos correspondientes a una carta natal de sonidos representativos de tránsitos u otras técnicas de pronóstico y de activación de la carta en función de la aplicación sobre los aspectos natales de otros sonidos tendientes a buscar modificar resultados a través de este tipo de terapia.

 

 

 

Es válida la aclaración realizada en el gráfico anterior ya que la astrología tradicional no contaba en su haber con los planetas Urano, Neptuno y Plutón. Estos son de reciente descubrimiento, más allá de que los tengamos totalmente incorporados desde el punto de vista interpretativo. La antigüedad sólo podía contar con los planetas que eran vistos a ojo desnudo, por eso se llegaba hasta Saturno.

 

La utilización de los transaturninos no cuenta con mucha literatura en las referencias modernas, por lo que muchos deciden, directamente, no utilizarlos. Personalmente creo que hay que incorporarlos, y nada mejor que el concepto ya incorporado desde lo interpretativo, de “octava superior” (haciendo referencia a sus diferencias en lo evolutivo con los planetas personales) que encuentra así su correspondencia natural con la música. Por supuesto que también existen según algunos autores, diferencian en la adjudicación de Urano, como octava de Mercurio o de Venus, y lo mismo con Neptuno, aunque personalmente acuerdo con las mencionadas en el gráfico anterior.

 

Aspectos Astrológicos:

 

Los aspectos astrológicos representan una parte fundamental en el arte de traducir una Carta Natal en su equivalente musical. Los aspectos astrológicos vinculan nuestras energías relacionando muchas veces ámbitos de acción diferentes en los que situaciones de un momento de nuestra vida colaboran o contribuyen con otras temáticas vivenciales. Los aspectos vinculan a los planetas con su energía diferente logrando que colaboren o confronten entre sí, según sea la naturaleza de ese aspecto astrológico y nuestro nivel evolutivo para asimilar sus efectos. Los aspectos hacen más complejos los vínculos de nuestro mapa natal, pero tienen la particularidad de enriquecer nuestras vidas.

 

Cuando traducimos un aspecto entre dos planetas al lenguaje musical obtenemos en la mayoría de los casos un “acorde” que lo identifica. Aspectos con mayor cantidad de planetas representan “acordes” mucho más complejos. No solo podemos representar un aspecto con un acorde, sino también con una secuencia de notas, como si se tratara de un “arpegio” o hasta de una pequeña melodía.

 

Es en este punto, donde la literatura sobre el tema se encuentra con grandes vacíos, no investigados del todo, pero donde a veces se sugiere incursionar en determinada técnica.

 

Hace más de 30 años,  tuve la oportunidad de mantener profundos y prolongados diálogos con un maestro espiritual (él nunca quiso que lo llamáramos así) que en relación a mis incipientes  inquietudes sobre esta temática me regaló una frase que tengo presente desde entonces, y que en numerosas oportunidades actuó como disparador de ideas y conceptos que me permitieron avanzar en la temática astrológica y plantearme siempre nuevos desafíos: “ojalá encuentres la razón del tiempo y el espacio para integrar tu espíritu con el universo y dar paz a tu corazón”.

 

Es en esa razón entre tiempo y espacio, en donde se encuentra el secreto y respuesta de muchos temas filosóficos y espirituales, y puntualmente, dentro de la astrología es también en la resolución de esa razón, en donde se encuentra la respuesta y fundamentación a muchas de las técnicas y procedimientos de cálculo y pronóstico existentes en la ciencia astrológica,  que nos llegan desde una remota antigüedad.

 

La música y la astrología es la combinación perfecta que grafica de la mejor manera “la razón entre el espacio y el tiempo” y nada mejor que la utilización de los aspectos astrológicos combinados con las figuras musicales como para poder encontrar esa “razón” buscada. Los aspectos se miden en el “espacio” mientras que las figuras musicales representan el “tiempo”.

 

Queda abierta también la posibilidad de trabajar con octavas mayores o menores a la octava de base con la que estamos trabajando (por convención la Octava Primera) para generar los aspectos, en forma proporcional a la división del zodíaco por la cantidad de octavas con las que se trabaja respetando el número por el que dividimos el zodíaco como representativo del aspecto que estamos necesitando generar. Es decir si dividimos por 2 obtenemos la oposición, por 3 el trígono, por 4 la cuadratura, por 5 el quintil (y no el quincuncio como erróneamente se interpreta en algunos sistemas musicales) y por 6 el sextil.

 

En cuanto a la utilización de las figuras musicales para definir los aspectos la tabla siguiente es representativa de las equivalencias que es posible utilizar:

 

 

 

 

Las figuras Redonda, Blanca y Negra alcanzan para graficar los aspectos de tensión como Conjunción, Oposición y Cuadratura, ya que naturalmente responden a esa proporción. En cuanto a los aspectos positivos de Trígono y Sextil, no cuenta con una figura propia que represente su “tiempo”, aunque dentro de la forma de notación musical se puede fabricar utilizando una Negra con Puntillo para el sextil, y una Blanca con Puntillo para el Trígono.

 

Construcción del mapa natal musical:

 

De la misma manera en que el astrólogo elabora el mapa natal en forma minuciosa para luego poder interpretarlo, el volcado de la carta natal a una partitura musical también debe realizarse en forma minuciosa y cuidando todos los detalles.

 

La proliferación de computadoras y software especializado en el cálculo y dibujo de Cartas Natales ha traído como contrapartida un desconocimiento generalizado en cuanto al cálculo manual de las posiciones planetarias quitándole al astrólogo un elemento fundamental en la comprensión de la cosmovisión astrológica. La construcción artesanal de la Carta Natal brinda al astrólogo una dimensión diferente de acceso al conocimiento que las mismas encierran en su simbolismo.

 

Por fortuna eso aún no sucede en cuanto al proceso de conversión de las posiciones planetarias a su equivalente en sonidos, ya que son tantas las variables a tener en cuenta y tan disímiles los criterios existentes que en muchos casos es el espíritu del astrólogo el que termina de definir con su criterio la elección de los sonidos adecuados, sin alejarse por supuesto, de las reglas establecidas como base de este conocimiento. Al no existir un software definitivo que realice el proceso en forma completa, la tarea se vuelve mucho más artesanal y a lo sumo podemos asistirnos mediante la utilización de algunos programas de computación que nos hacen más llevadera la tarea sin postergar nunca el propio criterio en la aplicación de los simbolismos necesarios para obtener resultados satisfactorios.

 

En lo personal utilizo tres programas diferentes para realizar esta tarea:

 

 

  • Un programa de notación musical (utilizo el MuseScore) que permite anotar en un pentagrama las notas, acordes, melodías, tiempos y demás elementos musicales que se obtienen luego de evaluar los diferentes aspectos y posiciones de la carta natal, para luego convertirlos desde esa partitura en un archivo de audio.

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  • Un programa sencillo de edición de audio (utilizo el Goldwave) que permite editar, mejorar, subir o bajar volumen, mezclar, acortar o alargar los archivos obtenidos mediante el proceso anterior, para luego regrabarlos como archivos individuales con las mejoras y modificaciones necesarias.

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  • Un programa de audio multipista (utilizo el Audacity) que me permite probar la combinación de todos los archivos generados anteriormente, representativo cada uno de ellos de aspectos diferentes, combinaciones de planetas distintas, ubicaciones en signos también diferentes, manejar los volúmenes individuales de cada archivo y obtener un archivo final con todas las combinaciones planetarias que se necesitan.

 

Una vez obtenidos los distintos archivos de audio finales, estos me servirán para utilizarlos de distintas maneras, tanto terapéuticas como motivacionales, dependiendo esto de las diferentes lecturas y necesidades que pueden surgir del análisis y evaluación de una Carta Natal.

 

¿Por donde comenzar la lectura de la Carta Natal Musical?:

 

Ya disponemos de algunos archivos de sonido representativos de nuestra Carta Natal. Nos hacemos entonces, la pregunta que todo practicante de astrología se hace cuando se encuentra por primera vez con un mapa astrológico: ¿por dónde comenzamos? ¿que es más importante? ¿que puedo hacer con este manojo de sonidos? ¿como obtengo el sonido “escencial” de la carta? ¿hasta donde puedo llegar?

 

La mayoría de los astrólogos que no han incursionado en este tema, pero saben de su existencia, y que fueron consultados, a manera de estadística informal, sobre que puede obtenerse como sonido más representativo de la carta natal, tienen la expectativa de encontrar un único sonido, un único acorde que a la manera de Mantra nos da la síntesis final auditiva de nuestro mapa natal. Lamentablemente no es exactamente así, pues nadie ha encontrado ese único acorde aunque muchos lo han (y lo hemos) intentado.

 

Esto no significa que técnicamente no pueda encontrarse dicho acorde, pero son tantos los elementos que lo conforman que ya no sería música sino un ruido ensordecedor imposible de diferenciar uno del otro.

 

Pero lo que sí podemos encontrar son síntesis individuales de esos puntos importantes de la carta natal que muchas veces definen nuestra vida, nuestra personalidad y nuestro destino, y a la manera de ese Mantra individual hasta ahora inhallable, podemos encontrar también una especie de “melodìa” o secuencia de notas que, de diferentes formas. definen la energía de nuestro tema natal.

 

A manera de ejemplo utilizaremos la Carta Natal de la República Argentina de 9 de Julio de 1816, que como todos sabemos nación a las 12:04 en la ciudad de San Miguel de Tucumán.

 

 

 

Debemos tener en cuenta que utilizamos esta Carta Natal solo a manera de ejemplo, ya que no se trata de una persona que pueda llegar a escuchar los sonidos obtenidos para mejorar o modificar su conducta. No quiero hacer sugerencias molestas, pero para lograr algo así, debería utilizarse la “cadena nacional” para que el mensaje sonoro sea escuchado por todos los argentinos, y a la manera de publicidad subliminal permitiera que el conjunto de los habitantes de este país que mayoritariamente escucharan ese sonido, actuaran sobre la conciencia colectiva de la Argentina para modificar determinadas conductas y lograr destinos más positivos.

 

Comencemos por lo más sencillo. Si yo le hago escuchar a la Argentina (volviendo a la idea de que es una persona) un acorde entre las notas LA y RE # estaría representando la energía de su Sol en el signo de Cáncer. Y esto se hace extensivo para cualquier persona que posea el Sol en ese signo.

 

Si a este acorde le sumo otro integrado por las notas MI y LA le estaría agregando la representación la posición de la Luna en Capricornio, que como sabemos se encuentra en oposición a la posición del Sol en Cáncer.

 

Nótese que se utiliza dos veces la nota LA. Y en esto que parece una contradicción astrológica, debe respetarse igual de la forma señalada, ya que la nota LA simboliza a la Luna, pero también al signo de Capricornio. Por eso mencionaba lo de contradicción, ya que Capricornio es justamente el signo de detrimento de la Luna. Pero aquí lo importante, es que dichos sonidos sean escuchados por las personas que tienen ese aspecto, ya que al tener incorporada la energía de los planetas mencionados, son sólo ellos los que terminan de completar este procedimiento. La combinación de las notas mencionadas sólo actuarán en forma intensa y definitiva sobre aquellos que tienen en su mapa natal dicho aspecto. Es por eso que no menciono aquí el aspecto de oposición, porque es la misma persona la que lo completa en su conciencia. De cualquier manera podría hacerlo, modificando la octava de uno de los dos acordes, o diferenciando la duración de uno de ellos ejecutando dos veces uno de los acordes en el tiempo en que el otro acorde se ejecuta una sola vez (véase aquí la utilización de las figuras musicales).

 

De la misma manera, puedo aislar solamente la nota musical correspondiente al Ascendente (si lo que busco es actuar sobre la personalidad de la Argentina), reproduciendo solo un FA #; o también puedo avanzar un poco más reproduciendo los sonidos de los elementos más representativos de una carta natal, como lo son Luna, Sol y Ascendente reproduciendo las notas LA, MI y FA # como un acorde mucho más representativo de esos elementos, o tocándolo como una secuencia de notas interminable y recurrente en el caso que no sea mi deseo utilizarla como acorde único. Se debe recordar siempre, que no necesariamente estas combinaciones sonarán bien al oído. Lo importante es que reflejan la esencia de nuestro mundo interior.

 

De la misma manera y aplicando los mismos razonamientos de conversión, es posible trabajar sobre el planeta regente de la carta natal, sobre el planeta más elevado, sobre los regentes de una casa en particular (modificando así o potenciando los significados de esa casa) y en la búsqueda de este sonido definitivo que reúna la totalidad de nuestra carta natal, podemos trabajar sobre el sonido del dispositor final o de los dispositores finales de la carta si existiese más de uno.

 

Cuando realizamos el cálculo, sobre la carta natal, para la obtención del dispositor final, muchas veces nos encontramos con la existencia de un solo planeta representativo de la energía de esa persona, y en otras ocasiones, cuando no hay un planeta definido, se obtiene una secuencia de ellos que a manera de círculo cerrado de repetición interminable alterna la energía de varios planetas, también representativos de nuestra esencia.  En el caso de la Argentina encontramos dos dispositores finales. Uno de ellos es claramente el planeta Saturno que en la carta se encuentra en el signo de Acuario, por lo que la combinación de DO # y LA # sería la representación del mismo. El otro dispositor final es un ciclo repetitivo entre los planetas Júpiter en el signo de Escorpio y Plutón en el signo de Piscis siendo importantes y representativos por encontrarse además en disposición mutua. La combinación de las notas DO y SOL por Júpiter en Escorpio y las notas SI (en una octava superior) y SI (primera octava) por Plutón en Piscis hablaría claramente sobre esta secuencia de disposición final..

 

Otra forma de sumar elementos representativos es encontrar al signo subyacente, y convertirlo en nota musical. En este caso la combinación de Agua Cardinal corresponde al signo de Cáncer como dispositor final, correspondiente a un RE #.

 

La forma y el orden en que todos estos elementos se utilizan deben responder a un criterio de selección lógico, de acuerdo con las necesidades de la persona a la cual se le está analizando la Carta Natal.

 

Por otra parte las energía inscriptas en la carta natal son susceptibles de ser modificadas mediante la utilización de todas las técnicas astrológicas, como tránsitos, revoluciones, progresiones y direcciones combinado estos nuevos sonidos sobre la sonoridad básica de la Carta Natal, permitiendo así que se realicen las modificaciones necesarias para obtener los mejores resultados en un período determinado.

 

Otra posibilidad importante se da en las técnicas de sinastría, que permiten a través de la utilización de la música potenciar aspectos mutuos positivos y mejorar aquellos que en la relación aparecen como indicadores de dificultades.

Lo importante es no cerrarse a un solo esquema de trabajo y tener la libertad suficiente como para experimentar con todas las posibilidades y técnicas astrológicas realizando su conversión para la obtención de nuestro mapa natal musical.

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