La Rebelión de las Fuerzas del Cielo

Escribe: Néstor Echarte. 

 

El 2 de octubre 2024 tendrá lugar el primero de una serie de eclipses que impactarán con fuerza sobre la Carta Natal de Javier Milei, iniciando así el comienzo de una acentuada caída cuyo declive se prolongará, al menos, hasta finales de 2025.
 

Este fenómeno recurrente (me refiero a los eclipses) será el preludio de una sostenida decadencia, en la ya depreciada gestión del presidente de Argentina, influyendo tanto en el ánimo de quienes no lo apoyaron como en las expectativas de aquellos que sí lo hicieron.
 

Las características de este primer eclipse mantendrán ocupados al ejército de trolls que sostienen el mundo imaginario que ha construido su líder junto a su cohorte de pregoneros, quienes tendrán que enfrentar dificultades y conflictos en su propio terreno: en el área de las comunicaciones.
 

Este eclipse se combinará con un segundo evento astronómico de la misma naturaleza, que tendrá lugar seis meses después, exactamente el 29 de marzo de 2025.
 

Este segundo eclipse afectará con mayor fuerza las mismas áreas de vida y de influencia que el primero de los mencionados, prolongando por un año el derrotero en caída libre de una gestión, que de no cambiar el rumbo, llevará al país a una de las crisis más profundas de su historia económica y política.

Eclipse de Sol del 2 de octubre 2024

La carta de la Izquierda pertenece al presidente de Argentina Javier Milei, mientras que la de la derecha es la del eclipse de sol del 2 de octubre de 2024.

Al abordar la naturaleza de los eclipses, siempre existe una percepción caótica y destructiva sobre el efecto que suelen anunciar. Si bien en ocasiones pueden señalar desafíos que, a quien le corresponden, permiten corregir errores y modificar conductas, la percepción general indica que no está en la naturaleza del presidente argentino retroceder en sus decisiones. Por lo tanto, solo cabe esperar conflictos graves en relación con su vínculo con el poder, su forma de comunicar y sus relaciones cercanas.

El eclipse de Sol, calculado para la ciudad de Buenos Aires, cae en la Casa VIII de la carta natal, con el ascendente del eclipse en el grado 1 de Piscis, en conjunción, partil, con el Nodo Norte de la carta natal de Milei, también en la Casa VIII. No es necesario ahondar en los riesgos que conlleva, en astrología, la naturaleza de la Casa VIII, que a menudo definimos con eufemismos como «transformación» o «evolución» para evitar pronunciar su significado central.

La oposición de Neptuno en la carta del eclipse a su Plutón natal sugiere, en principio, la pérdida y disolución del poder alcanzado en sus primeros tiempos. El quincuncio que Neptuno forma con su Sol natal debilita el principio de autoridad, a la vez que podría exagerar la construcción de un mundo utópico y paralelo, totalmente alejado de la realidad. Cabe destacar que este aspecto de Neptuno, aunque se intensifica con el eclipse, ya ha estado presente por tránsito en la carta natal.

El eclipse, en el grado 10 de Libra, activa de forma partil su Urano natal en la Casa III, lo que anticipa un aumento en las reacciones explosivas, la descalificación de los demás y la adopción de posturas excéntricas. Desde un punto de vista personal, es posible que se desencadene una crisis importante con su hermana, dado que la Casa III también se refiere a ese tipo de vínculo.

Un eclipse solar eclipsa, literalmente, el Sol, el ego, la autoridad y el poder. Si este fenómeno ocurre en conjunción con Urano en la Casa III, se puede prever un periodo de caos y desorden. Urano, vinculado a las rebeliones y sublevaciones, amplifica el caos bajo un eclipse, oscureciendo la claridad y el control. Este aspecto se puede interpretar como un presagio de disturbios sociales o rebeliones políticas, con el riesgo de perder el control del poder.

Históricamente, los eclipses solares han sido considerados malos augurios para los líderes. En conjunción con Urano, el peligro de una caída del poder se hace más pronunciado. El eclipse podría señalar una crisis provocada por traiciones o cambios drásticos en su entorno cercano (Casa III).

Urano, que rige las revoluciones y la ruptura de lo establecido, en conjunción con un eclipse, ha sido interpretado por los astrólogos como un momento en que las tensiones sociales y políticas alcanzan su punto crítico, generando una situación incontrolable.

Las decisiones tomadas bajo la influencia de Urano tienden a ser erráticas o peligrosamente impredecibles. Es posible prever una pérdida de control sobre los medios de comunicación o fallos en la interpretación de eventos importantes, lo que podría derivar en procesos judiciales.

Un eclipse sobre Urano puede ser visto como una amenaza a la estabilidad del mandato, que podría culminar en el colapso de estructuras de poder que el presidente creía seguras.

No todos los autores coinciden en que los eclipses deben asociarse exclusivamente con hechos como los mencionados. Muchos sostienen que estos eventos pueden ser corregidos y tener la capacidad de protagonizar un destino diferente. Sin embargo, es sabido que esto requiere reflexión y voluntad de modificar conductas, lo cual, dado el contexto, parece poco probable.

Acompañar estos cambios de conducta con una posible relocalización de la carta del eclipse ayudaría a mitigar algunos de los contenidos conflictivos, en especial aquellos asociados a las cúspides de casas, como el ascendente del eclipse sobre la Casa VIII natal, o la acumulación de planetas en la Casa VIII. No obstante, esta relocalización no podría eliminar el impacto del eclipse sobre su Urano natal.

Pero tal como mencionamos al principio de esta nota, este no es el único de los eclipses que estarán señalando la falta de apoyo de lo que el presidente se esforzó en definir como “las fuerzas del cielo”. En este caso, la sucesión de dos eclipses de sol, aparentemente obstinados hacia una misma realidad política y social, dan cuenta de una posible cambio de dirección en los objetivos básicos de quien dirige a estas supuestas “fuerzas del cielo”, ya que seis meses después en el grado 9 de Aries, ahora en oposición al ya castigado Urano natal, se produce un nuevo eclipse solar.

Dos eclipses, en el término de 6 meses afectando a su Urano natal, regente de su casa octava.

Eclipse de Sol del 29 de marzo 2025

 

La carta de la Izquierda pertenece al presidente de Argentina Javier Milei, mientras que la de la derecha es la del eclipse de sol del 29 de marzo de 2025.

El papel esencial de este segundo eclipse solar reside en su aplicación sobre el mismo planeta Urano que fue activado en el eclipse anterior, dando continuidad a los hechos previamente descritos. Sin embargo, ahora el aspecto que los sustenta es una oposición, lo que amplifica los efectos conflictivos que pueden desencadenarse a partir de esta nueva fecha.

Desaparece aquí el efecto de que el ascendente de la carta del eclipse apunte a la Casa Octava natal del presidente, pero como contrapartida, Plutón se posiciona en conjunción partil con dicha casa. Esta Casa Octava está regida por Urano, que ya ha sido señalado por el par de eclipses mencionados. Evitaremos, nuevamente, el uso de los mismos eufemismos señalados en el análisis del eclipse anterior.

Sigue vigente también la oposición de Neptuno a Plutón, lo que provoca un mayor desgaste en la capacidad de preservar el poder real, al mismo tiempo que acentúa la tendencia a refugiarse en un mundo netamente imaginario, desconectado de la realidad social.

Es importante destacar, que astrólogos que nos precedieron y que citamos en forma asidua por sus trabajos relevantes, han escrito sobre los eclipses adjudicándole a los mismos, efectos similares a los que hemos señalado en este escrito.

 

Conclusión:

En resumen, los dos eclipses solares que se suceden en un corto lapso de seis meses, afectando de manera directa al Urano natal del presidente, plantean un escenario complejo y lleno de desafíos. La conjunción y la oposición de estos eventos no dejan espacio para la indiferencia: el poder, la autoridad y las estructuras que se consideraban estables pueden verse severamente comprometidos. Mientras las «fuerzas del cielo» parecen desalinearse de los objetivos del mandatario, queda por verse si será capaz de ajustar su rumbo o si, por el contrario, el colapso de lo establecido se materializará con la misma intensidad que los cielos señalan. La astrología, una vez más, nos recuerda que lo inesperado no es sino parte de un ciclo mayor que, con o sin nuestra intervención, siempre tiende a equilibrarse.

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