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New Age y justo equilibrio
No cabe ninguna duda de que la humanidad está pasando por una etapa de cambio en la que la espiritualidad juega un papel importantísimo. Es por eso que contamos con una gran cantidad de elementos, técnicas, alternativas y disciplinas que cubren la amplia gama de necesidades que tiene el ser humano. Muchas veces, estas necesidades se ven superadas por una oferta que excede todas las expectativas del hombre, y tiende a convertirse en aquello que justamente intenta combatir: en un objeto más de consumo, al que se llega fácil y masivamente a través de técnicas simplificadas y extractadas de supuestas verdades superiores. Algo así como el Lerú del ocultismo o el papel que juega el Selecciones del Reader Digest ante las grandes obras de la literatura. Es así que la espiritualidad y la salvación se venden al mejor postor, pero sin que al que apuesta le sea permitido profundizar en nada. El snobismo, la soledad, a veces la desesperación, porque está de onda, porque es ´ecológico´, porque el maestro viene de oriente, porque la revista ´Uno Mismo´ le hizo una nota, o porque aparece en televisión con frecuencia, todo eso constituye una justificación para participar de la maratón ´New Age´ que nos invade como justo prolegómeno a la tan esperada ´Era de Acuario´.
Usted me dirá: ´…pero todo eso está bien… si no le hace mal a nadie…´. Es cierto… pero sólo a veces. No vamos a discutir aquí el valor de todas estas disciplinas llamadas de apertura (aclaro que en lo personal las considero sumamente eficaces), sino que vamos a tratar de ver la otra cara de la New Age, aquella que mueve un negocio millonario y que a veces se pone el disfraz de oveja sobre la piel de lobo.
Las disciplinas ofrecidas pueden ser válidas, pero al amparo de esa avidez de conocimiento, surgen también los improvisados que se ocupan de ´inventar´ nuevas técnicas para facilitarle al ser humano su ingreso al tercer milenio.
La industria editorial New Age mueve millones de dólares en todo el mundo, que engorda las arcas de las editoriales que también se dedican a alimentar la polémica. La otra cara de la industria editorial la podemos encontrar por ejemplo, en aquellos libros que se dedican a criticar y a combatir (desde un aspecto puramente cientificista y desmitificante) todo lo que se relaciona con la nueva era… pero también representa un negocio que mueve millones de dólares. Pero lo hace mal, porque nadie cree en la crítica recalcitrante de quien mete todo en una misma bolsa, de quien cree que la Meditación y el Control Mental son una misma cosa, de quien niega la vida extraterrestre porque el único marciano que vio en su vida estaba en la pantalla de un jueguito electrónico. Y este es el caso de Alfredo Silletta, el autor del libro ´SECTAS´, que ante la excusa de la buena documentación que posee ve fantasmas por todas partes y pone absolutamente todo en una misma bolsa demostrando una ignorancia total en lo que a estos temas se refiere. Además todos saben quien banca a Silletta, y que también representa la ´otra cara del mismo negocio´ ya que también gana dinero mediante la publicación de sus ´combativos libros´. Silletta ha publicado una obra titulada ´La nueva Era en la Argentina´ promocionada de la siguiente manera: ´Flores de Bach, Ovnis, Louise Hay, Sai Baba, Nacha Guevara y toda esta fiebre espiritualista que afecta a nuestro país´. No me queda muy claro que hace Nacha Guevara al lado de Sai Baba, pero si me queda claro que Nacha Guevara y Alfredo Silletta son los dos extremos de una misma moneda y del mismo negocio: por un lado la simplificación abusiva, el ´todo está bien´ y la falta de profundidad en el tratamiento de algunos temas, y por el otro la negación a ultranza de lo que parece o suena… ´raro´.
La caza de brujas continúa y se alimenta de quienes simplifican la realidad. Por eso es necesario encarar todos estos temas con profundidad, con constancia y con trabajo, mas allá de las dificultades que a diario se presentan, necesitamos darnos el tiempo para investigar todo aquello que se propone. De la propia experiencia saldrá la claridad.
La promesa de que con la Era de Acuario viene un mundo mejor es sólo una promesa musical que surge de la época de la Opera Rock ´Hair´, de indudable valor artístico, musical e histórico, pero totalmente desinformada de la realidad astrológica. No todo lo que promete la Era de Acuario es un mundo mejor, también nos impone una gran responsabilidad, la necesidad de una gran revolución de una dureza inusitada… después vendrá el mundo mejor, pero el tema de la Era de Acuario daría mucho material para otra nota.
Entonces, ¿como logramos el justo equilibrio? La respuesta está en usted mismo. Trate de aprovechar lo mejor de todo lo que se le brinda, pagando por ello solo lo que usted considera que es justo. Si usted tiene alguna duda al respecto, su alerta interior le está diciendo que lo que le están ofreciendo no es real… que solo es una muestra gratis de algo mucho mas profundo, pero que le están cobrando por la muestra gratis.
A partir de esa posibilidad de discriminar lo falso de lo verdadero, todo lo que usted haga, todo aquello en lo que investiga se convierte automáticamente en válido. Lo bueno de todo esto está en la posibilidad de integrar todo este tipo de ciencias o disciplinas. Ese es el verdadero sentido de la Era de Acuario… la integración.