Nuestras fronteras en el Universo


   Cientos de veces escuchamos decir que somos nada más que una partícula de polvo perdida en el Universo…, que nuestro Sol se encuentra en los suburbios de una galaxia de tipo espiral llamada Vía Láctea, y que deberíamos sentirnos insignificantes ante tanta grandeza, y despojarnos de esa soberbia y omnipotencia que desde los albores de la humanidad acompañan al habitante de este planeta… Todo eso parece ser cierto… pero solo lo es en parte… el resto es una gran mentira.


          Que el ser humano es una partícula de polvo comparado con el Universo que lo rodea solo es una verdad a medias, porque también es inmenso si lo comparamos con el Universo que se abre hacia lo infinitamente pequeño, en ese caso, el hombre es un gigante. O mejor dicho, deberíamos aceptar que el ser humano es la medida de todas las cosas, el justo medio, aquello que se sitúa exactamente en la mitad de dos extremos infinitos, lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño. Solo basta comprobarlo observando con un telescopio o… con un microscopio.

          Que nuestro Sol se encuentra en los suburbios de la Vía Láctea es cierto, pero también lo es el hecho de que reúne todas las condiciones necesarias para el desarrollo de la vida, y que es exactamente la estrella que necesitamos. Si no fuese así, la vida, tal como la conocemos, no sería posible en la Tierra.

          Y con respecto a eso de sentirnos insignificantes… ¿le parece que la VIDA, así con mayúsculas, lo sea? Preguntas sin respuesta, sentimientos, especulaciones, ganas de discutir… pero lo cierto es que el Universo está allí, y nosotros somos un engranaje más de esa maquinaria, ni mas ni menos importante, pero en perfecto equilibrio e interdependencia. Un concepto ecológico del Cosmos.

          Lentamente nos iremos introduciendo en esta ecología de la que formamos parte y que abarca un concepto mucho mas amplio del que la moda actual le atribuye… el Universo como un todo. Quién dijo alguna vez que ´no es posible tocar una flor sin conmover una estrella…´ tenía razón, porque de ese ida y vuelta, de ese causa y efecto, de esa sincronicidad, somos una pieza fundamental, un engranaje sumamente importante. Y si comprendemos esto, si tomamos conciencia de nuestro lugar en el Universo, lograremos la tan ansiada ´libertad´…, el ejercicio de nuestro libre albedrío más allá de las presiones de nuestro planeta, más allá de los límites de la caja de zapatos en la que vivimos.

          Ampliaremos nuestras fronteras hacia los límites insondables del Universo.

Néstor Echarte
nestor@echarte.com.ar

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