Bienvenidos a LA NACIÓN DE URANIA
Una nochebuena muy especial con un «Pentáculo» en el cielo
Por Néstor Echarte
En el número 6 de Mercurio Cazimi anunciamos que 2024 venía de la mano con dos eventos astronómicos de interés. El primero de ellos, un Gran Hexágono, tuvo lugar el pasado 24 de octubre.
Asistimos ahora al segundo de estos eventos: Un Pentagrama o Pentáculo que involucran la presencia de 5 planetas distanciados entre sí por 5 quintiles, o aspectos de 72° conformando una estrella de 5 puntas perfecta.
Este evento astrológico, que tendrá lugar el próximo 24 de diciembre 2024, ubica estratégicamente al Sol, Saturno, Urano, Marte y Luna, distanciados entre sí por sendos quintiles (aspectos de 72°) con sus correspondientes biquintiles (aspectos de 144°) teniendo diferentes interpretaciones según la cultura que estudiemos, aunque en términos generales se asocia con la naturaleza humana y su microcosmos representando estos cinco puntos a sus cuatro extremidades y su cabeza.
Un 24 de diciembre con cinco “Yod Dorados” formando una estrella de 5 puntas
Sabemos, y es muy utilizado en astrología, de la energía del Yod. Tres planetas unidos por dos quincuncios y un sextil en la base con un fuerte contenido de espiritualidad y conexión con lo divino.
El próximo 24 de diciembre de 2024, el cielo presentará una variante de ese aspecto, que es lo que se denomina “Yod Dorado”, compuesta en este caso por cinco Biquintiles y un Quintil en la base, con implicancias hacia un destino o un propósito superior que guía los eventos de los seres humanos en la Tierra. Las decisiones y acciones durante este tiempo pueden sentirse predestinadas y cargadas de significado, como si fueran dirigidas por una fuerza mayor. Teniendo en cuenta que cada planeta en este esquema es, además, el vértice de cada uno de estos “Yod Dorados”, tenemos un esquema con 5 configuraciones diferentes de este tipo, cada una con su respectiva impronta, pero combinadas entre sí.
La formación de una estrella de 5 puntas con Sol, Saturno, Urano, Marte y la Luna, es un evento astrológico notable y complejo. Tanto en el contexto global como en relación con cada uno de los planetas involucrados.
Formada por quintiles (72°) y biquintiles (144°) indica un patrón de creatividad, inspiración y cambio. Los quintiles están asociados con talentos especiales, originalidad y la capacidad de ver más allá de las limitaciones convencionales. Una estrella de 5 puntas sugiere una alineación armoniosa que puede desbloquear potenciales ocultos y fomentar la innovación a nivel mundial. Estos conceptos se encuentran indisolublemente ligados a la naturaleza humana y al principio de la evolución.
Los aspectos astrológicos mencionados están estrechamente ligados a la concepción y significado de la proporción áurea, aquella que recrea valores insertos en la naturaleza, y que luego fueron tomados por el arte y la publicidad, por su cercanía a las necesidades y tendencias de la naturaleza humana. Como también señalamos en un trabajo de investigación sobre la naturaleza de las exaltaciones planetarias, en el que se demostraba la lógica de la proporción áurea inserta en la elección de los grados de exaltación de los 7 planetas tradicionales.
La innovación tecnológica, algo sumamente presente en tiempos actuales con defensores y detractores (sobre todo en áreas ligadas al uso de la Inteligencia Artificial) sugiere la posibilidad de lograr avances significativos en áreas tan heterogéneas como la ciencia, la tecnología, el arte y la cultura, con la reserva que sobre esa temática tiene aún gran parte de la humanidad.
La energía de los quintiles fomenta soluciones originales a problemas enquistados en los seres humanos y en la sociedad, proponiendo salidas creativas, al estilo de lo que propone la expresión «Eureka», supuestamente pronunciada por Arquímedes al momento de descubrir el funcionamiento de un principio físico que permitió grandes avances en el derrotero evolutivo humano. Se cuestiona el status quo y se promoverán cambios en los sistemas políticos y económicos.
No todos serán cambios positivos. También se deberán resolver algunos desafíos. La intensidad que estos cambios suponen, puede hacerlos difíciles de manejar, llevando a tensiones o conflictos si no son adecuadamente canalizados. Posiblemente sea el momento para estar abiertos a los cambios propuestos y decidir si vamos a adaptarnos a ellos tratando de ser un poco más flexibles en nuestras conductas.
Pentagramas y Hexagramas en su relación con la Magia Astrológica
En el principio fue la Magia… Con el tiempo, el trabajo de aquellos investigadores considerados de segunda pero mucho más ávidos de conocimiento que sus vigilantes parientes cercanos, los científicos ortodoxos… (me refiero aquí y reivindico la labor de los parapsicólogos), llegaron a englobar y definir dichos procedimientos en el ámbito de lo que llamaron radiónica. Un término que «suena» algo más técnico y aceptable para los oídos de aquellos que sufren ataques espasmódicos cada vez que suena la palabra «magia».
En las técnicas de magia astrológica, tanto el pentagrama como el hexagrama son herramientas fundamentales para el trabajo ritual. Los mismos son utilizados como talismanes que facilitan la manipulación de estas fuerzas para propósitos específicos, como protección, sanación, o desarrollo espiritual.
La práctica regular con pentagramas y hexagramas ayuda a los magos astrológicos a equilibrar sus propias energías internas y a desarrollar una mayor comprensión de las interconexiones entre el universo y el ser individual.
La Magia Astrológica es “el gran paso” que los astrólogos debemos dar para romper el preconcepto, pregonado hasta el cansancio en libros de texto y cursos de formación astrológica, de que la astrología solo es una herramienta de diagnóstico, y luego hace agua a la hora de buscar soluciones concretas a los problemas humanos.
En buena hora, que la Astrología se constituya en herramienta de diagnóstico. Pero no nos quedemos solo con ese preconcepto, que nuestros antecesores astrosóficos tenían mucho más claro que nosotros. La astrología nos brinda todas las herramientas y elementos necesarios como para poder accionar y modificar la realidad.
Tal vez, el concepto correcto, no sea el de “modificar la realidad”, sino en permitirnos descubrir nuestra propia realidad y brindarnos las herramientas para poder subirnos y cabalgar en ella. Aquella realidad que el Universo dispone para nosotros, y que en base a lo que denominamos deseo, vocación, inclinación o habilidades muchas veces sacrificamos en pos de la eficiencia, la conveniencia o los mandatos familiares. Descubrir eso, es un gran paso. Pero ayudar a nuestro mapa, mediante los elementos que la misma naturaleza nos brinda se constituye en ese “gran paso” que todos los astrólogos debemos dar.
Si consideramos a la Carta Natal, como la representación simbólica espiritual y ritual del microcosmos y del macrocosmos, hablamos claramente del valor que, tanto el budismo como el hinduismo, le adjudican en su concepción de Mandala; elemento que, claramente para los astrólogos, interpreta y define el lugar que los seres humanos ocupan en el Universo. Un claro concepto de la interacción entre el macrocosmos y el microcosmos.
Si al confeccionar nuestra carta natal incluimos en el proceso de construcción la intención adecuada, damos inicio al ritual que concluye con la elaboración de un Talismán Astrológico. Parece simple. Pero es sumamente importante la intención que ponemos en marcha durante todo el proceso de construcción.
En tiempos en que los astrólogos hemos desterrado de plano la construcción manual de una carta natal, confiando ciegamente en los impresos que los diferentes softwares astrológicos nos ofrecen simplificando nuestra labor, estamos cercenando del proceso dos aspectos fundamentales: el ritual y la intención.
Sólo queda expresar que la nochebuena del 24 de diciembre de 2024 será una fecha a tener presente. Sobre todo, aquellos que están siempre atentos a las configuraciones astrológicas, y a los que esperan momentos apropiados para formular sus peticiones e intenciones en lo que se conoce como acciones mágicas asociadas al simbolismo astrológico.