REIKI – Sistema USUI de sanación natural

          Sana, sana… colita de rana, si no sana hoy, sanará mañana. ¿lo recuerdas…? o… ¿Te ha sucedido alguna vez, que ante un dolor, llevaste las manos al lugar dolorido? Ante una lastimadura, ¿tomaste un poco de tu propia saliva y la distribuiste por el sitio afectado?  Y, ¿has escuchado, quizás, que ante la enfermedad de un hijo, la madre, estando a su lado y acariciándolo hace que el niño mejore naturalmente? ¿Que las madres hindúes masajean todos los días a sus hijos, para que crezcan sin enfermedades? ¿Que los perros, gatos, u otros animales, cuando están lastimados se lamen la zona afectada y «se echan» hasta que se recuperan? ¿De donde nos llegan todos estos actos reflejos tan naturalmente aceptados?

          ¿Te lo has preguntado alguna vez?… Yo si… por eso me interesó tanto el Reiki cuando llegó en forma «casual» (no creo en las causalidades) a mi vida. Y desde otro punto de vista: al conocer a otra persona, ¿has sentido una atracción o simpatía en forma inmediata, o por el contrario una necesidad inexplicable para nuestra razón, de rechazo, o un escalofrío que recorre toda nuestra columna vertebral? Hoy en día, es común escuchar: tal persona «tiene buena onda», o «no tiene onda». Y pasó, esta y otras frases similares, a incorporarse a nuestro vocabulario cotidiano. ¿Te has preguntado de donde proviene esta nueva forma de relacionarse con el otro? Yo si… por eso decidí participar de una reunión donde se nos iba a presentar a la maestra de Reiki, Berta Canton Lennerts, que visitaba la Argentina, pues reside en Washington (EEUU), en abril de 1991, que nos contó que es Reiki, y en su posterior visita programada para siete meses después, aquellos que lo deseábamos tuvimos la oportunidad de tomar el curso de Reiki, 1er. nivel, que duró dos días.

          Recuerdo que llegué a la reunión entusiasmada, aunque, algo distante (ya se sabe que en estas cosas hay tanto chanterío), tomando mis recaudos. También me preguntaba que si esto llegaba a ser efectivo, ¿tendría yo condiciones o tendría «poderes» como para hacerlo?

          Al escuchar a Berta la primera impresión fue la imagen de una mujer que transmitía una paz insondable, humildad, y solo deseaba escucharla, y ella parecía (¡y es!) poco habladora, solo se limitaba a contestarnos los cuestionamientos acerca de la «seguridad» del sistema USUI de sanación natural… y nos miraba con amor y sonreía con ternura. En realidad eran requerimientos de «seguridad» que necesitábamos, respuestas «concretas», calma a nuestras ansiedades, claridad sobre todos los como y porqué, y, que todo fuera «muy razonable». Nos contó que la organización mundial llamada «Reiki Alliance» que nuclea a todos los maestros de Reiki, había decidido hacer conocer e iniciar a alumnos en Reiki en Argentina, Uruguay y Chile, pues en Sud América solo era conocido hasta Ecuador. Reiki es una palabra japonesa compuesta de dos sílabas: REI (describe el Todo, el Ser ilimitado) y que en esta energía está incluido el KI como fuerza vital universal que habita en todo ser vivo. Se corresponde con el CHI de los chinos, el Espíritu Santo de los Cristianos, el Mana de los hebreos o el Prana de los hindúes. REI es la energía ilimitada, KI es alinear la energía individual con la energía cósmica. Esta aplicación se realiza apoyando las manos en diferentes partes del cuerpo durante breves minutos y siempre es beneficiosa. Son ondas que se transmiten de manera semejante a las ondas de radio, y se puede utilizar en forma local, o a la distancia, operando como onda corta. Pero, no es electricidad, ni radio, ni rayos X. Es una terapia natural y las manos perciben diferentes sensaciones, cosquilleos, latidos, y al detectar alguna anormalidad «siempre se recomienda» ir al médico. Los pre-requisitos para aprender Reiki son: receptividad, deseos de aprender y el compromiso de utilizarlo con uno mismo, además de aplicarlo a otros. Se puede aplicar a niños, embarazadas, adultos, ancianos, plantas, animales. Reiki no es un credo o religión, en consecuencia, acepta a todos. No diferencia clases sociales, ni a pobres o ricos.

LOS CINCO PRINCIPIOS DEL REIKI

          Aquellos que hemos aprendido Reiki, como parte del aprendizaje tuvimos que aceptar y convivir con los cinco principios que sustenta el sistema.

          Me gustaría compartirlos y explicar el sentido de cada uno de ellos, desde mi experiencia.

 1) Solo por hoy no me preocuparé:

          Trabajar con este principio, es uno de los aprendizajes mas difíciles de mi vida. Recuerdo, cuando leí un libro «AMI» que le explicaba a su amigo Pedrito (su amigo terrícola) que descomponiendo la palabra pre-ocuparse, era tomar las riendas de algo antes de su tiempo-espacio. Discernir que  un tema es hacer proyectos, aceptar responsabilidades y organizar la vida hacia un futuro, y que otro tema,  es no pre-ocuparme, me llevó buen tiempo y aún lo sigue haciendo, pero ya, en mucho menor medida.

          Pre-ocuparse significa malgastar una dosis de energía, distraerse y perder la oportunidad de ser y estar en el «aquí y ahora». Aceptar la realidad del «aquí y ahora» conecta con el centro y armoniza con el ser, para que desde la quietud y el silencio podamos encontrar más concentración, mas alternativas y mayor efectividad en lo que hacemos. Cuando uno ha conocido cual es su «centro», reconoce de inmediato los estados producidos por los «miedos» y las «dudas» y trabajar con ellos produce suma alegría, al volver al «centro» pues uno ha vencido a esos fantasmas interiores que nos invaden la mente, bloqueándonos para lograr la evolución y vivir con dignidad y en salud, armonía, prosperidad y paz.

          Así, trabajar este principio hace que cuando uno mira una montaña, «la vea», cuando alguien nos habla «lo oigamos», cuando es momento de cocinar, cocinemos en horario de trabajo estemos concentrados (uno de los mayores atributos para lograr la eficiencia), y cuando es tiempo de dormir podamos hacerlo con el mayor de los descansos, tan merecido después de una jornada intensa.

          Diferenciar entre pre-ocuparnos y pre-ver, hace a nuestra organización interna. Nadie ha dicho que es fácil, si que es posible, y aleccionador este tránsito.

          Cuando nuestra mente, cargada de pensamientos hostiles y derrotistas, está tomando espacio, nos decimos: es momento de negociar con la mente, decirle: «bueno, tu siempre has sido la protagonista, no voy a sacarte el papel principal, pero ¿querrías que trabajemos en conjunto con el cuerpo y los sentimientos? Al aceptar estamos trabajando desde el «solo por este momento no me preocupo».

 2) Solo por hoy no me enojaré:

          El enojo crea bajas vibraciones y desdibuja la «objetividad». Como decirles, que también, me cuesta mucho trabajar este principio, pero, yo que era tan impulsiva y gruñona, se que haberlo trabajado da mas dulzura a mi vida y la posibilidad de descubrir matices en las cosas que antes solo veía como blanco y negro.

          Permite desarrollar grandemente la paciencia, templar el carácter y devuelve la risa. Uno puede aprender a reírse de si mismo cuando se comprueba que aún se enoja por alguna circunstancia «trivial» y no merecedora de la salida del «centro». Trabajarlo a diario enseña a ser más cuidadoso con las relaciones y permite no «engancharse» en situaciones confusas que luego producen enojos. Se aprende a ser más sincero, espontáneo y a respetarse y respetar mas al otro. ¿Como? Diciéndole en el momento si se está en desacuerdo, que respetamos su postura, pero que diferimos.

          Nos enseña, también, el buen trato, tratamos mejor a los otros, y la devolución del buen trato hacia nosotros es maravillosa.

          Aprendemos a callarnos más.

 3) Amaré a todo ser vivo:

          Parece sencillo ¿no?

          Por lo menos así lo creía yo, que tenía antecedentes de relacionarme bien con la gente… pero este principio habla de «todos los seres vivos». Una relación que (verificada con otros colegas Reiki, se daba en la mayoría de nosotros y por eso dedujimos que eran «pruebas») generalmente se daba era: comenzar a trabajar durante una semana «intensamente» con un principio y sucedían cosas en forma permanente que hacían que fueran como atraídas, para fortalecer el mismo. Por ejemplo lo que me sucedía cuando comencé con «solo por hoy no me enojaré» y que asombrosamente todo lo que sucedía a mí alrededor eran «supuestamente» situaciones que provocaban enojo o había que buscarle la otra arista (que siempre la tienen) para que esto no sucediera. Así fue que me encontré encerrada en una habitación, sola, inmensamente sola, con un roedor (aseguro que les tenía la suma de todo aquello que se puede decir: pánico, miedo de memoria colectiva, memoria akásica, etc. etc.) y mi ser me indicaba ¿puedes amarlo? Solo sé que no podía matarlo, que deseaba salir de esa habitación sin que ninguno de los dos resultara lastimado. Y así fue, pude salir de la habitación, vino un amigo y le pedí que lo sacara sin matarlo, accedió a mi pedido, ya que el no estaba condicionado por el miedo, y la lauchita se fue vivita, no sé a donde. Desde entonces, hablo con el alma de los animales y doy las gracias por no tener que pasar por otra experiencia de esta naturaleza nunca más. Pero desde la humildad, he abordado la enseñanza continua que me brinda trabajar con este principio.

 4) Ganaré mi sustento con integridad:

          Berta, nuestra maestra, nos había enseñado que este principio no se basaba en la ética, solo en la integridad. Trabajarlo diariamente nos permite discernir que es para nosotros «integridad». Por ahora solo puedo decir que es algo así como ser «sinceros con nosotros mismos» y respetar nuestros ideales, aunque a veces, no es lo más redituable. Sigo trabajando con él.

 5) Daré gratitud por mis muchas bendiciones:

          Nos enseña a ser agradecidos. A dar las gracias cuando recibimos un vuelto, o nos alcanzan algo. Nos enseña, también, a ser más atentos y aprender, de todos, todo el tiempo. Hay veces que, como en este caso, me quedo sin palabras, soy toda mirada, sentimiento y solo me nace decir: gracias por permitirme hablarte de Reiki. Gracias, gracias, gracias.

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