Cuando un Trígono no es un Trígono: El Secreto de los Aspectos Ascensionales

Por Néstor Echarte


La relación entre la astronomía y la investigación astrológica ha fluctuado a lo largo de la historia, oscilando entre una dedicación profunda y un abandono casi total. Si bien las causas de estas variaciones son múltiples, una de las más notorias en la era moderna es la tecnología.

Paradójicamente, la misma tecnología que facilita nuestros cálculos y nos permite explorar áreas antes inaccesibles, también puede fomentar una desconexión con los principios fundamentales. Esta facilidad puede llevar a algunos practicantes a abandonar las técnicas de cálculo manuales y a confiar ciegamente en los resultados de un software, sin comprender los procesos astronómicos que validan la aplicación de una técnica astrológica específica.

Un Legado por Redescubrir


Aunque podríamos enumerar incontables ejemplos de esta tendencia, el propósito de este trabajo no es criticar, sino rescatar la labor de astrólogos que, con enorme esfuerzo, sentaron bases cruciales para nuestra disciplina. Gracias a las herramientas de cálculo actuales, sería imperdonable no profundizar en las técnicas que ellos magistralmente crearon y que muchos astrólogos utilizan a diario, a menudo sin conocer el porqué de sus fundamentos.

Entre las décadas de 1960 y 1970, desde la República Argentina, se proyectó al mundo el trabajo riguroso, profundo y singular de dos investigadores: Wendel Polich y Nelson Page. Astrólogos y matemáticos, desarrollaron con pasión el sistema de Casas denominado Topocéntrico, junto con un sinnúmero de técnicas derivadas. Es justo incluir también la labor del astrólogo alemán Alexander Marr, quien continuó el trabajo de Polich y Page, aportando su experiencia y sus conocimientos en programación para desarrollar aplicaciones basadas en este sistema.

Este esfuerzo generó un impacto masivo en la comunidad astrológica, hasta el punto de que el Sistema Topocéntrico es hoy mundialmente aceptado e incluido en la mayoría del software astrológico.

El trabajo de Polich y Page permitió un desarrollo amplio y sistemático en las siguientes áreas:

  • Sistema Topocéntrico de Casas.
  • Tabla de Ascendentes y de Ascensiones Oblicuas.
  • Tablas de Ascensiones Rectas Eclípticas.
  • Manual de Direcciones Primarias.
  • Técnicas de Rectificación mediante Direcciones Primarias.
  • Proyección de la carta natal en el sistema ascensional.
  • Sistema de Tránsitos Ascensionales.
  • Contactos ascensionales entre cartas natales.

Limitaremos nuestro análisis a los últimos tres puntos (6, 7 y 8). La razón es que los primeros temas, aunque fundamentales, ya cuentan con tablas y difusión suficiente, o bien, como en el caso de las Direcciones Primarias, son de una complejidad matemática que excede el objetivo de este artículo.

A pesar de haber sido explicados en detalle por sus creadores, los puntos 6, 7 y 8 siguen siendo un misterio para muchos astrólogos. Representan un desafío pendiente tanto para los practicantes como para los desarrolladores de software, ya que estas técnicas abren un espectro de análisis de gran riqueza y proyección.

Proyección de la Carta Natal en el Sistema Ascensional: Más Allá del Dibujo Plano

La carta natal es mucho más que el dibujo plano lleno de líneas y símbolos que conocemos. Su verdadero escenario es la esfera celeste. Nuestra percepción tridimensional del cosmos se ve a menudo limitada por una representación bidimensional que, si bien es útil, simplifica en exceso la riqueza del cielo.

Dentro de la esfera celeste conviven múltiples marcos de referencia. Para nuestros fines, nos centraremos en tres círculos de posición fundamentales:

  • La Eclíptica (el Zodíaco).
  • El Ecuador Celeste.
  • El Horizonte del observador.

La interacción de estos tres planos da vida a la realidad astronómica de la carta natal. La carta tradicional es una proyección de los planetas sobre la Eclíptica. Es crucial entender el concepto de proyección: cuando las efemérides indican que un planeta está en un grado específico de un signo, se refieren al punto donde su círculo de posición intersecta la eclíptica. El cuerpo celeste real, debido a su propia latitud, puede encontrarse lejos de ese punto, pero para la interpretación zodiacal, trabajamos con su proyección.

El Rol del Horizonte y el Ecuador


Aquí es donde los otros dos círculos entran en juego.

El Horizonte es un plano fundamental porque está ligado a la ubicación del observador en la Tierra. Su intersección con la Eclíptica genera el punto que conocemos como Ascendente.

A su vez, la interacción del Horizonte con el Ecuador Celeste da origen al Sistema de Casas Astrológicas. Estas doce casas son la base de los significados «mundanos» de la carta. Lo que la mayoría de los astrólogos dibuja es la superposición de dos ruedas: la zodiacal y la de las casas.

Casas Iguales, Proyecciones Desiguales

Los dos gráficos siguientes de Cartas Natales servirán para comprender mejor la naturaleza de lo que se quiere explicar. Ambos corresponden a una misma Carta Natal, de la República Argentina. En el primero de ellos, un gráfico Standard, observamos que los signos son iguales, y las que se desplazan son las casas modificando su tamaño.

Se trata, de hecho, en la manera habitual en que visualizamos las Cartas Natales en general a través de la mayoría de los softwares astrológicos que se encuentran en el mercado.

Sin embargo, el sitio web dedicado a astrología https://astro.com logró que la carta pueda visualizarse en su verdadera dimensión mediante la utilización de un gráfico, que si es bien observado, tiene ligeras -pero fundamentales- diferencias con el anterior, donde algunos de los signos -pese a tener todos 30° de longitud- se ven como estirados o distorsionados, dentro de los espacios que corresponden a las casas astrológicas, pero todas con 30° de arco. Este diseño de gráfico se denomina House Chart Astrodienst y nos muestra la misma carta con ligeras diferencias.

Aquí reside una de las claves peor comprendidas de la astrología: la mayoría de los astrólogos desconoce que las casas no son las porciones desiguales de la eclíptica que vemos en el gráfico, sino sectores perfectamente homogéneos de espacio celeste. Para comprender esto, es crucial definir los elementos en juego que se ven en la carta.

  • La Esfera Celeste: Es el domo imaginario que rodea la Tierra, sobre el cual proyectamos la posición de todos los astros.
  • El Ecuador Celeste: Es la proyección del ecuador de la Tierra en esta esfera. Es el plano de referencia fundamental para el movimiento diario del cielo, causado por la rotación de nuestro planeta.
  • La Eclíptica: Es la trayectoria aparente que el Sol recorre a lo largo de un año sobre la esfera celeste. En este plano se ubican los doce signos del Zodíaco. La Eclíptica está inclinada aproximadamente 23.5 grados (23.5∘) con respecto al Ecuador Celeste.

El sistema de casas más utilizado, Placidus (que es el que muestran los gráficos), al igual que otros sistemas de cuadrantes, no divide directamente el círculo del Zodíaco. En su lugar, divide el tiempo que tarda el cielo en moverse. Toman el arco de movimiento diurno de un punto celeste entre el horizonte (línea Ascendente-Descendente) y el meridiano (línea Medio Cielo-Imum Coeli) y lo dividen en tres partes iguales.

Imaginemos la esfera celeste como una naranja dividida en doce gajos idénticos. Cada «gajo» es una casa astrológica. Medida sobre el Ecuador Celeste, cada casa tiene exactamente 30 grados (30∘) de arco, representando dos horas de rotación terrestre. Son perfectamente iguales.

Entonces, ¿por qué en los gráficos vemos casas «grandes» que abarcan varios signos y casas «pequeñas»?

Esto es un efecto de proyección geométrica. Se debe a la inclinación de la Eclíptica (el Zodíaco) respecto al Ecuador (donde se miden las casas). Al proyectar esas divisiones iguales del Ecuador sobre la Eclíptica inclinada, las porciones resultantes en el Zodíaco se vuelven desiguales.

La siguiente analogía lo clarifica:

Imaginemos que cada casa es una ventana de tamaño fijo en la pared de una habitación (la división del espacio local). El Zodíaco es un paisaje pintado en un mural circular que está inclinado detrás de esa pared. Dependiendo de nuestra latitud (nuestro punto de vista en la habitación), veremos porciones más grandes o más pequeñas de ese paisaje a través de la ventana, aunque la ventana en sí nunca cambie de tamaño.

En la carta de Argentina, levantada para la latitud de Tucumán (26∘ Sur), vemos este efecto claramente. Los signos de Virgo y Libra son «oblicuos» o de ascensión rápida en el hemisferio sur, por lo que parece que «pasan más rápido» por el horizonte. Esto hace que las casas que caen en ellos (como la 12 y la 1) se vean muy amplias en el gráfico. Por el contrario, los signos de Piscis y Aries son de ascensión lenta o «empinada», haciendo que las casas que los contienen (como la 5 y la 6) se vean comprimidas.

En resumen: las casas son divisiones iguales de espacio-tiempo local, pero su representación en el plano zodiacal (la Eclíptica) es desigual debido a un efecto de perspectiva, que se acentúa cuanto más nos alejamos del ecuador terrestre. El gráfico de Astro.com no muestra casas deformes, sino una proyección bidimensional precisa de una realidad tridimensional compleja.

El Nacimiento de los Aspectos Ascensionales

Esta doble perspectiva nos permite analizar la posición de un planeta desde dos puntos de vista diferentes: su posición en el Zodíaco (eclíptica) y su posición en el sistema de casas (ecuatorial). Y es aquí donde nos encontramos con una revelación.

Un aspecto eclíptico (o zodiacal) es la distancia angular entre dos planetas medida sobre el Zodíaco. Son las conjunciones, oposiciones, trígonos, etc., que todos conocemos.

¿Pero qué sucede si, en lugar de medir sobre el Zodíaco, medimos esa distancia sobre el Ecuador Celeste, el marco de referencia de las casas? Obtenemos los aspectos ascensionales.

Debido a la proyección, la distancia entre dos planetas no es la misma en un sistema que en otro. Esto significa que podemos encontrar aspectos completamente diferentes según el sistema de coordenadas que utilicemos. Un trígono en el Zodíaco podría ser una cuadratura en el sistema ascensional, y viceversa. Un aspecto que parece inexistente en la carta tradicional puede revelarse como una conjunción exacta en el plano ascensional.

Ambos tipos de aspectos son válidos, pero ofrecen capas de información diferentes. Los aspectos eclípticos son solo una parte de la historia. Los aspectos ascensionales nos dan una visión «mundana» o terrenal de la interacción planetaria, ligada al tiempo y al espacio real del nativo.

Este artículo ofrece una introducción a estos conceptos. Un análisis completo requeriría el cálculo del Speculum de la carta natal para obtener las Ascensiones Oblicuas de cada planeta. Sin embargo, lo expuesto aquí es suficiente para despertar el interés y motivar a quienes deseen profundizar en este fascinante y poderoso método de análisis astrológico.

Ambos gráficos representan a la misma Carta Natal, solo que en proyecciones diferentes. El gráfico de la derecha muestra con claridad las posiciones eclípticas de la Carta Natal de la República Argentina. La izquierda muestra la misma carta, pero proyectada priorizando la visión mundana, es decir de las casas astrológicas. Estos aspectos son indiscutibles y todos los astrólogos coinciden en la corrección de su dibujo. Pero ¿qué ocurriría si hacemos abstracción del Zodíaco y tratamos de analizar la carta teniendo en cuenta la afirmación que hicimos anteriormente, de que todas las casas son iguales, y que todas miden exactamente treinta grados sobre el Ecuador. La forma en que se proyecta este gráfico nos ayuda a comprender este concepto, y si nos olvidamos de la existencia de los signos zodiacales y tratamos de medir la distancia de los planetas sobre el sistema de casas, vemos que algunos aspectos eclípticos no tiene correlato mundano, y  a la inversa, algunos mundanos no tienen ecliptico.

El ejemplo mencionado ilustra de por sí solo la vigencia de estas dos formas de observar un mismo tema natal. Ambos aspectos por diferentes que parezcan son válidos. Los aspectos eclípticos que habitualmente marcamos en un tema natal, son sólo producto de una proyección parcial e incompleta de la carta natal, mientras que los tránsitos ascensionales, por sí solos, también son una forma parcial de ver esta realidad. Lo que ocurre es que medimos estas distancias sobre proyecciones diferentes. En un caso sobre la eclíptica, en el otro caso sobre el ecuador.

 

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